No voy a decir que lo de menos es lo que ponga en el acuerdo, aunque me temo que para cuando conozcamos la letra pequeña de lo que han suscrito PNV y EH Bildu ya habremos descontado que será algo lógico. De hecho, casi nadie se pregunta hoy si esta o aquella modificación que se avanza en los estatutos de Eudel será mejor o peor que lo ya existente. Lo importante es que quien no estaba se incorpora.
Era cuestión de tiempo que tras el adiós a la violencia de ETA, también el campo municipal asistiera a esta puesta al día. El campo municipal ha sido precisamente en el que la izquierda abertzale ha mantenido la llama institucional que después se ha ido extendiendo a otros ámbitos. El Parlamento “vascongado” pasó a ser “vasco”, el “tercio vascongado” fue la CAV y las “sucias poltronas” se convirtieron en “escaños”. Y ahora le ha tocado el turno a Eudel.
La Asociaciación de Municipios Vascos se refuerza en la arquitectura institucional y ahora sí, con la misma legitimidad de antes pero con más representatividad, puede alzarse como voz propia en la defensa de los intereses de los ayuntamientos. Un acuerdo que pone fin a una ausencia que, recordemos, fue decidida unilateralmente por la izquierda aber-tzale.
Nadie les echó de ninguna parte a los que ahora deciden incorporarse. Sencillamente, concebían que esta institución debería tener fines muy alejados de la política municipal. En su visión política, Eudel o Udalbiltza debían ser algo parecido a una asamblea constituyente que tomara para sí la tarea de la construcción nacional. Y de paso, se difuminaba la verdadera dimensión de la representatividad que tiene cada uno. Pero al final, el baño de realidad también ha llegado hasta aquí.
Ahora, mediante el diálogo (excelente tarea en este campo de la anterior presidenta Ibone Bengoetxea) se ha llegado a un acuerdo que permite a quienes no estaban sentarse donde les corresponde para cumplir con los cometidos de Eudel, que no son otros que fomentar la autonomía municipal, defender sus intereses frente a otras administraciones, responder de forma conjunta a problemas comunes... Seguro que la ciudadanía aplaude que el municipio en el que vive se beneficie de igual manera que otros sin distinguir la sigla a la que esté adscrita su alcalde.