El PP baraja a Fernández Díaz para presidir el Congreso frente a López
Tanto ‘populares’ como socialistas han confirmado su intención de pugnar el miércoles por la presidencia de la Cámara
madrid - El PP baraja el nombre del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, para presidir la Cámara Baja en la legislatura que está a punto de comenzar, según reconocen algunos parlamentarios y altos funcionarios de la Cámara. El cabeza de lista por Barcelona ya conoce los entresijos del órgano de gobierno del Congreso, puesto que fue vicepresidente tercero de la Mesa en la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (2008-2011). Tras las elecciones generales que auparon a Mariano Rajoy a La Moncloa por mayoría absoluta hace cuatro años, Fernández Díaz pasó a ocuparse de la cartera de Interior que abandonaría si es elegido presidente del Congreso.
En la sesión constituyente que tendrá lugar el próximo miércoles se elegirá además del presidente del Congreso a los cuatro vicepresidentes y otros tantos secretarios que componen la Mesa. En dicho Pleno, el candidato del PP (119 escaños) deberá enfrentarse a uno del PSOE, ya que el partido que dirige Pedro Sánchez anunció desde el principio su intención de presentar batalla.
Tampoco ha trascendido de manera oficial su identidad, aunque desde Ferraz piensan en el exlehendakari Patxi López para el cargo. Para que la candidatura socialista triunfe frente a la que presentará el PP, Ferraz deberá negociar apoyos para el pleno del 13 de enero. El PSOE cuenta con 89 escaños -un diputado grancanario de su aliado Nueva Canaria se ha pasado al Grupo Mixto.
A diferencia de un Pleno de investidura, en el que tienen validez los votos negativos, la elección de la presidencia de la Cámara se realiza mediante voto nominal. De esta manera, el nombre que más se repita en las papeletas que escriban los diputados será quien gobierne el Congreso. Por esta razón y con el PP como fuerza con más escaños (119 tras la expulsión de Pedro Gómez de la Serna y la marcha de los tres diputados de UPN y Foro al Grupo Mixto), se presume fundamental para los socialistas el apoyo de Podemos vista la fórmula que ayer propuso Ciudadanos.
Condición de Podemos La formación que lidera Pablo Iglesias ha reclamado a cambio de su apoyo que las cuatro marcas con las que concurrió el 20-D cuenten cada una de ellas con grupo propio. Se trata de la propia de Iglesias, 42 diputados, más las que fueron en alianza con fuerzas locales como la catalana En Comú Podem -12-, Compromís en Valencia -9- y las mareas gallegas -6. Tanto PP como PSOE se han mostrado contrarios a que el partido morado se constituya en distintos grupos, lo que supondría la multiplicación de los tiempos de intervención en los debates y de la cuantía que perciben las bancadas parlamentarias.
Si bien Podemos se presentó en CAV y Navarra con su marca propia, el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, hizo valer ayer la plurinacionalidad del Estado español para realizar ayer una defensa cerrada de la constitución de cuatro grupos parlamentarios entroncados con Podemos: “Significa para nosotros, nítidamente, que tiene que haber diversidad de grupos, y grupos plurinacionales y parlamentarios que reflejen esa diversidad”.
Errejón acudió ayer a la Cámara Baja para acreditarse como diputado y explicó que esta pretensión “es un elemento fundamental a la hora de entablar cualquier acuerdo o conversación”. Para los hipotéticos representantes de cualquier partido que se siente al otro lado de la mesa de negociación, Errejón zanjó: “Nuestro compromiso no puede ser más firme”.
Con este escenario, mientras el PP reclama para sí el liderazgo del Congreso como ganador de las elecciones, los socialistas sopesan hacerse con el control de una Mesa que en la pasada también fue reflejo de la mayoría absoluta popular, ya que cinco de sus nueve cargos procedían de Génova frente a los tres del PSOE y un cuarto de CiU. Los resultados del 20 de diciembre arrojan un panorama muy distinto, con dos grupos como Podemos -y sus marcas- y Ciudadanos que aspiran a entrar en el órgano de gobierno de la Cámara Baja.
En esta línea, el candidato a presidente español de esta última formación, Albert Rivera, se posicionó ayer sobre la posibilidad de que el Gobierno español esté presidido por un miembro de un partido y el Congreso, por una persona de una formación diferente.
Rivera, que emplazó a PP y PSOE a que presenten a sus candidatos para presidir la Cámara, consideró “fundamental” que el próximo presidente del Congreso “no coincida con el presidente del Gobierno en el carné político”, sin entrar qué color político debería tener a su juicio cada órgano.
Con esta tesis, en el caso de que diera su visto bueno a un aspirante socialista para la Cámara Baja, debería lograr que el PSOE posibilitara un nuevo mandato de Mariano Rajoy, opción descartada por la dirección de Ferraz. Esta negativa, reafirmada ayer por Pedro Sánchez, solo permitiría un presidente del Congreso del PP y al socialista en La Moncloa.
Uno de los representantes que valoró esta opción de dos partidos diferentes fue el presidente del Congreso en funciones, Jesús Posada. Recordó que hasta ahora, el ganador de los comicios ha gobernado la Cámara Baja, pero abrió la puerta a otras opciones, porque “eso no quita para que se puedan ver fórmulas distintas”. Unas variantes a las que vio “ventajas e inconvenientes”. De todos modos, y según Posada, “para eso se negocia, para explorar todo lo que puede hacerse”.
Más en Política
-
PSOE y PP siguen atizándose a cuenta de los mensajes de Sánchez
-
Sumar pide que las delegaciones del Gobierno no autoricen los festivales musicales organizados por un fondo israelí
-
Sánchez avanza que planteará ante la ONU que la CIJ se pronuncie sobre el bloqueo israelí a Gaza
-
El Supremo permite a la Miss Asturias vinculada a Ábalos que testifique por videoconferencia desde Gijón