El PSOE votará no en la sesión de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno español. Más allá de esta decisión que fue dada a conocer ayer por su secretario de Organización, César Luena, desde Ferraz no aclaran si estarían dispuestos a dar su voto a otro candidato popular, si Pedro Sánchez va a apurar sus opciones de llegar a La Moncloa o si tiene futuro un posible pacto con Podemos al que se deberían sumar otros grupos de la Cámara baja para dar su respaldo al líder socialista.
Tras la reunión de la Ejecutiva del PSOE, Luena se mantuvo en una calculada ambigüedad con una sola certeza: “Vamos a votar no al PP y a Rajoy”. A partir de ahí, el número dos de los socialistas apeló a la “prudencia y responsabilidad” con la que van a actuar, pero trasladó al PP la necesidad de dar los primeros pasos. “A quien le corresponde formar Gobierno es al PP al haber ganado las elecciones”, aseguró Luena en consonancia con las primeras declaraciones realizadas por Sánchez en la misma noche electoral.
Si el PP no consigue los apoyos necesarios para asegurarse la reelección de Rajoy se abriría una nueva fase, de la que Luena no quiso adelantar cuál sería la posición de su partido. Eso sí, el dirigente socialista dejó claro que su partido es la segunda fuerza, la alternativa del PP, y la primera formación de la izquierda. “Estamos en la primera fase y vamos a opinar de la primera fase, donde Rajoy tiene que intentar formar gobierno y después ya veremos”. Con esta frase Luena dio por cerrada, de momento, la postura que mantendrá el PSOE.
Quizá el próximo sábado, cuando está citado el Comité Federal, se pueda saber algo más de los proyectos del líder de los socialistas quien, eso sí, ayer anunció su intención de presentarse a la reelección como secretario general del partido en el congreso ordinario previsto para la próxima primavera.
Aviso de los barones El número dos del PSOE no quiso entrar a valorar la posibilidad de llegar a acuerdos con Podemos, una opción, que, sin embargo, ya ha sido descartada por importantes barones de su partido. Si a lo largo de la campaña el expresidente español Felipe González se prodigó en ataques a la fuerza emergente, posición en la que en Euskadi no le fue a la zaga Patxi López, ayer mismo el secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, afirmó, en una clara alusión al partido liderado por Pablo Iglesias, que el PSOE “no puede pactar con nadie que defienda la independencia de Catalunya o la autodeterminación de los pueblos de España”.
Conocida es también la animadversión de la presidenta andaluza, Susana Díaz, a pactar por Podemos. La líder de los socialistas andaluces tiene grabada a fuego la negativa de la formación morada a apoyar su investidura al frente de la Junta. Ayer, sin embargo, no fue ella la que puso en solfa el pacto con Podemos, sino uno de sus hombres fuertes, Antonio Pradas, secretario de Política Federal del PSOE. Este opinó que es prácticamente imposible llegar a un pacto de Gobierno con dicha formación a la vista de su postura sobre la autodeterminación en Catalunya que, según recalcó, es una de las líneas rojas que no deben atravesar los socialistas. Según él, el PSOE y Podemos tienen “un concepto de España totalmente distinto”.
Otro de los principales barones socialistas, el presidente de Castilla La Mancha Guillermo García-Page, dijo que es al PP al que le toca dar los primeros pasos, y abogó por no buscar “pactos complejos ni pastiches”. Afirmación que no sentó nada bien en Podemos, que sí apoyó la investidura de García-Page.