BILBAO - Frente a lo que pueden argumentar sus detractores, el Concierto Económico no supone ni que los vascos no contribuyan a las finanzas del Estado, ni ha generado un paraíso fiscal en Euskadi y, por supuesto, no supone una concesión ante la actividad de ETA

Aplicando una estimación en base a las Leyes Quinquenales del Cupo, la CAV en el periodo 1981 a 2014 habría generado un Cupo bruto del orden de los 123.159 millones de euros, una vez descontado el coste de las transferencias que ejerce Euskadi, el resultado es que la CAV ha abonado al Estado en estos años un total de 23.000 millones por el coste de las competencias no transferidas y las funciones que se reserva en exclusiva el Estado más la parte correspondiente a los fondos de solidaridad interterritorial, siempre en base a la imputación del 6,24%.

Teniendo en cuenta que la población de la CAV representa menos del 6,24% del total del Estado, Euskadi ha abonado de Cupo, entre 1981 y 2014, un total de 4.429 millones de más, según cálculos de Pedro Luis Uriarte, exconsejero delegado del BBVA. Este 19% de más rompe la tesis de que Euskadi no paga al Estado. No es un criterio arbitrario, puesto que lo demandan para el cálculo de sus necesidades de financiación los dirigentes de las mismas CC.AA. que atacan el sistema vasco.

Adicionalmente, en el siglo XX, la administración del Estado ha gastado en el territorio de la CAV cerca de 15.000 millones de euros menos de lo que ha recibido por Cupo. Incluso incorporando a la ecuación el hecho de que en las relaciones con la Seguridad Social, cuya caja sigue siendo única en el Estado, es una realidad que los afiliados vascos han recibido entre 2000 y 2014 casi 11.000 millones por prestaciones por encima de las cuotas pagadas, fundamentalmente en pensiones, el balance global vuelve a ser positivo para el Estado en unos 4.000 millones.

Pero, además, el Cupo no es solo la cantidad que el País Vasco paga al Estado por sus gastos en este territorio sino que también aporta a los fondos de solidaridad y amortización e intereses de la deuda estatal.

Solicitar como piden algunos dirigentes, caso de los de Andalucía o Comunidad Valenciana, que la CAV, un territorio cuyo presupuesto anual es de 10.900 millones, pague más al Estado vía Cupo no contribuiría en absoluto a mejorar las cuentas públicas españolas puesto que aunque se abonase una cifra que los críticos con el Cupo en el PSOE, PP o Ciudadanos elevan hasta unos 3.200 millones, apenas representaría el 1,3% de la deuda que arrastran las CC.AA. y que suma 237.764 millones de euros. En cambio, detraer esos 3.200 millones de las cuentas vascas sí sería un grave problema porque obligaría a elevar un 55% los impuestos en la CAV.