Moscú - El presidente de Rusia, Vladimir Putin, decretó ayer una serie de sanciones económicas contra Turquía, a fin de garantizar la seguridad nacional del país y defender a los ciudadano rusos de “acciones criminales”, informó el Kremlin. Entre otras medidas, el decreto presidencial suspende o restringe, según una lista que elaborará el Gobierno, la entrada en Rusia de determinadas mercancías procedentes de Turquía.

Las sanciones son en represalia por el derribo el martes pasado de un bombardero ruso Su-24 en la frontera turco-siria, ataque que el Kremlin ha calificado de “golpe a traición” y “reto sin precedentes”.

El decreto presidencial establece asimismo prohibiciones o restricciones a empresas turcas realizar determinados trabajo y prestar servicios en el territorio de Rusia, además de la importación de productos, incluidos alimentos de Turquía, de acuerdo con una lista que confeccionará el Gabinete de Ministros. Además, Putin prohibió a los empleadores rusos que no estén autorizados por el Gobierno contratar a ciudadanos turcos a partir del próximo 1 de enero. Además, según anunció el primer ministro Dmitri Medvedev, también podrían verse afectados importantes proyectos de inversiones. “Desde luego, procuraremos resguardar un equilibrio de intereses, a fin de que las compañías rusas que trabajan con el mercado turco no sufran grandes pérdidas”, manifestó, por su parte, el ministro de Economía ruso, Alexei Uliukayev

El decreto presidencial señala que los operadores turísticos rusos deberán abstenerse de vender productos y servicios que contemplen visitas a Turquía. Con ese fin, Putin ordenó al Gobierno adoptar medidas para prohibir los vuelos chárter entre Rusia y Turquía, hasta hace poco el segundo destino turístico preferido de los rusos después de Egipto.

Por el mismo decreto, queda suspendido a partir del 1 de enero de 2016 el acuerdo de exención de visados para los ciudadanos turcos y ha recomendado a los rusos que no viajen a ese país y a los que ya se encuentra allí, que regresen cuanto antes. El acuerdo de exención de visados fue suscrito por los gobiernos de ambos países en 2010 y entró en vigor en abril de 2011, lo que disparó el flujo de turistas rusos a Turquía. Según Rusia, si sus ciudadanos dejan de viajar a Turquía el sector turístico de ese país perderá hasta 10.000 millones de dólares anuales (9.400 millones de euros), cifra equivalente al superávit turco en el intercambio comercial entre ambos países.

Por último, el jefe del Kremlin encargó al Gobierno adoptar medidas para reforzar la seguridad portuaria en los mares Negro y de Azov y redoblar el control sobre las empresas turcas de transporte automovilístico de carga. “El presidente se ha movilizado al máximo, al nivel que exigen las circunstancias. Las circunstancias no tienen precedentes. A Rusia se le ha lanzado un reto sin precedentes”, dijo a la televisión el portavoz del jefe del Estado ruso, Dmitri Peskov.

Dmitri Medvedev también señaló que las restricciones que impondrá Moscú a Ankara serán indefinidas, y su plazo de vigor “dependerá de la situación internacional” y de “cómo se desarrollen las relaciones con Turquía”. Mientras el Ejecutivo prepara el paquete de sanciones, el Kremlin mantiene el duro tono de su retórica contra Ankara.

Peskov recalcó ayer que el “ataque por la espalda” asestado por Turquía, como ha calificado Moscú el derribo del Su-24, ha causado un “daño difícil de reparar” a las relaciones bilaterales. “Putin dijo que nosotros veíamos a Turquía como un aliado. Todo eso fue destruido literalmente en un instante por un disparo de un F-16 turco”, añadió. Pero el portavoz subrayó que, en adelante, con el emplazamiento en Siria de sistemas de misiles antiaéreos S-400, los pilotos rusos que participan en las misiones de bombardeos en el país árabe estarán a salvo de nuevos ataques.

“Podemos constatar una cosa: los pilotos rusos están asegurados en caso de nuevos peligros. El correspondiente sistema antiaéreo ya ha sido instalado”, dijo.

Para Antón Orej, comentarista político de la radio Eco de Moscú, la gravedad de la situación radica en que no se trata en realidad de un conflicto entre Rusia y Turquía, sino de un pulso entre sus dos líderes, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, “de quienes depende el destino de 225 millones de personas”.

¿Reunión con Putin en París? Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó su tristeza por el incidente, lo que ha tensado las relaciones entre ambos países. Erdogan repitió también su deseo de encontrarse con el presidente ruso, Vladimir Putin, para aclarar malentendidos, durante la cumbre del clima que empezará mañana en París. Erdogan también aseguró que Putin no debía “jugar con fuego” al apoyar en Siria al presidente Bachar al Asad y bombardear a la “oposición moderada” y recordó que el derribo se produjo por una violación del espacio aéreo turco. - Efe

Veto a las importaciones. Veto parcial o total a las importaciones procedentes de Turquía, incluidas las de alimentos, así como a la contratación de trabajos o servicios con las empresas turcas.

Turismo. A partir del 1 de enero de 2016 finaliza el régimen de exención de visados con Turquía. Además, recomienda a los rusos que no viajen a ese país y a los que ya se encuentra allí, que regresen cuanto antes. El acuerdo de exención de visados fue suscrito por los gobiernos de ambos países en 2010 y entró en vigor en abril de 2011, lo que disparó el flujo de turistas rusos a Turquía, que se convirtió en su segundo destino tras Egipto. Por su parte, Turquía también ha pedido a sus ciudadanos que no viajen a Rusia.