Zagreb/Belgrado - Los países de la ruta de los Balcanes: Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia han comenzado, como en un dominó, a rechazar refugiados en sus fronteras, donde ahora admiten casi únicamente a nacionales de Siria, Irak y Afganistán que huyen de los violentos conflictos en sus países. Eslovenia, Croacia y Serbia decidieron limitar desde ayer el paso de refugiados a sirios, iraquíes y afganos, y Macedonia ha cerrado por completo su frontera con Grecia.

La incógnita es qué pasará con los cientos de personas de otras naciones rechazados en las fronteras tras ser catalogados como “inmigrantes económicos”, es decir, que buscan una mejor perspectiva de vida pero sin ser, supuestamente, víctimas de una persecución política o de una guerra. Los problemas se plantearon de inmediato, sobre todo porque algunos países no han readmitido a los rechazados, y varios dirigentes reclaman buscar una solución común de todos los países de la ruta de los Balcanes.

Macedonia cerró la frontera con Grecia y “no deja pasar a nadie”, informó la oficina de ACNUR en Grecia. En el paso fronterizo entre Grecia y Macedonia hay unas 400 a 500 personas (rechazadas) que se niegan a regresar al campamento de tránsito que hay en el paso de Idomeni. Entre los que esperan en la frontera hay casi 200 iraníes, que no forman parte del colectivo reconocido ahora como refugiados y cuyo tránsito a Macedonia ya había sido impedido a primeras horas de la mañana, antes del cierre absoluto de la frontera.

En el campamento de Idomeni hay en estos momentos entre 1.700 y 2.000 personas, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). La portavoz de ACNUR en Serbia, Melita Sunjic, declaró que “en Serbia hay 440 que no han sido aceptados en Croacia”, y abogó por permitir a esos aspirantes a asilo el acceso al procedimiento.

serbia no permitirá que se queden Las nuevas limitaciones pueden empeorar la situación en Grecia, el primer país europeo de la ruta de los Balcanes por la que transitan a diario miles refugiados con el objetivo de obtener asilo en Alemania y otros Estados del norte de Europa. “No permitiremos que en Serbia entre nadie que no puede seguir el viaje. Nosotros no somos el país al que ellos llegan para quedarse, sólo pasan por Serbia y así seguirá siendo”, dijo ayer el ministro serbio de Trabajo, Aleksandar Vulin, tras justificar la medida con la similar adoptada por Zagreb y Liubliana.

El comisario serbio de refugiados, Vladimir Cucic, declaró que su país decidió rechazar a inmigrantes económicos “porque todos los países de la ruta empezaron a cerrarles la entrada”, por lo que Belgrado “no fomentará la falsa esperanza entre ellos de que podrían llegar a alguna parte más”. Esos inmigrantes son llevados a los centros de acogida en Serbia, donde deberán esperar a que se tome una decisión política. - Efe