BARCELONA - El president de la Generalitat y candidato de Junts pel Sí, Artur Mas, quiso despejar ayer las dudas sobre la viabilidad económica de un Estado catalán independiente, temores que el PP alimenta de cara a las elecciones del día 27. El dirigente catalán negó la mayor, aseguró que no debería haber “lesiones” económicas para Catalunya ni para España en caso de la independencia de la primera y negó que el nuevo Estado tendría que ponerse a la cola del acceso a la UE, opinión que defendió el premier británico David Cameron durante reciente su visita a Mariano Rajoy. Mas realizó estas afirmaciones durante una conferencia de prensa junto con los economistas Germà Bel y Oriol Amat, candidatos en la lista de Junts pel Sí. Mas, Bel y Amat coincidieron en que Catalunya no debe sufrir desde el punto de vista económico porque, según sus cálculos, sería un Estado con “superávit”, “más justo y más próspero”. El president defendió que, en el caso de una secesión, Catalunya sería viable, al igual que lo sería España, por lo que apeló a una negociación sin “lesiones” mutuas. En este sentido, dijo que la negociación entre las dos partes debería ser de “win win” (ganancia por partida doble), “con un buen ánimo de entenderse y no perjudicarse”, y reiteró que el nuevo Estado soberano estaría dispuesto a asumir parte de la deuda de España y a mantener la solidaridad.

Según Junts pel Sí, una eventual Catalunya independiente tendría un superávit con el que podría dedicar 2.200 euros al año por persona, desaparecería el déficit actual de la Generalitat de 5.000 millones de euros y se crearían entre 50.000 y 70.000 empleos nuevos por las “estructuras de Estado”. En lo que se refiere a las pensiones, una hipotética Catalunya independiente tendría un saldo positivo de 24.126 millones, por lo que podría aumentarlas. En este esquema, el nuevo Estado sería la economía número 12 de la UE, con un peso similar a Dinamarca o Finlandia en PIB por habitante.

En esta comparecencia, el líder de Convergència rechazó las críticas del presidente de la CEOE, Juan Rosell, y el de la Cámara de Comercio de España y de la firma Freixenet, José Luis Bonet, que advirtieron ayer en La Vanguardia de que una Catalunya independiente tendría una menor actividad económica, menos empleo y “peores condiciones de vida” y pidieron que los políticos recuperen el diálogo para evitar este escenario.

En respuesta a estas consideraciones, Mas admitió que hay voces “influyentes” en el mundo económico contrarias al proceso independentista, pero consideró que son minoritarias. De hecho, recordó el reciente apoyo de 30 entidades empresariales catalanas, incluidas todas las cámaras de comercio, que defendieron el derecho a decidir de los catalanes y criticaron la falta de diálogo del Gobierno español. “El 27-S, el voto del autónomo más pequeño valdrá lo mismo que el voto del directivo más poderoso o del empresario más grande”, precisó el president.

Reseñó que los que auguran una Catalunya soberana fuera de la UE lo utilizan como “arma para desmontar adhesiones a favor del sí”, en una estrategia de “amenaza y miedo que no se aguanta”. “¿Cómo se saca a alguien, en contra de su voluntad, fuera de la UE?”, inquirió. - DNA