pamplona - El Gobierno del cambio ya está formalmente constituido en Nafarroa. En un protocolario acto, con un guión muy similar al de ocasiones precedentes, los nueve consejeros que acompañarán a Uxue Barkos tomaron posesión ayer de sus nuevos cargos en el Salón del Trono del Palacio foral. De ellos, la líder de Geroa Bai destacó su capacidad para desarrollar la tarea que tienen por delante. “Las personas y los equipos que van a acometer la acción de gobierno tienen la actitud y aptitud que se se requiere”, destacó Barkos, quien también puso en valor que en su gabinete están incluidas “todas las sensibilidades políticas que conforman la mayoría plural parlamentaria”.
Después de una semana pródiga en discursos y emociones, la presidenta navarra optó por una intervención breve, que aprovechó para volver a tender la mano a la oposición. Aseguró que su Gobierno estará “abierto al diálogo permanente con el resto de fuerzas políticas”, diálogo que extendió al conjunto de la sociedad, con quien prometió estar “en permanente escucha”. La mandataria dijo que la totalidad de su equipo es consciente de que “la gran responsabilidad” que asumen, y de las “expectativas creadas”; y no faltó una alusión a la “honradez” que ha de presidir “todas las decisiones” que se adopten a partir de ahora.
“El nuevo Gobierno debe ser diferente en el fondo y en las formas”, proclamó Barkos, quien se autoimpuso el deber de ofrecer “gestos inequívocos de atender las necesidades y opiniones de la sociedad”. “Estamos obligados a ser más cercanos y a estar más atentos a los requerimientos de la ciudadanía”, añadió abundando en esta cuestión. Por último se comprometió a “trabajar sin denuedo por otra visión para encarar los problemas y desde luego con el horizonte siempre claro de servicio a esta sociedad”.
beaumont, la ‘estrella’ Las palabras de Barkos fueron el colofón a una jornada que se inició con la asunción de sus nuevos cargos por parte de los consejeros, para la que todos ellos utilizaron la fórmula de promesa. Lo hicieron en euskera y castellano, excepto Miguel Laparra (Derechos Sociales) y Fernando Domínguez (Salud), que se expresaron en castellano, y Mikel Aranburu (Hacienda y Política Financiera), que usó solo el euskera. Además, María José Beaumont (Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia) subrayó que prometía el cargo “por imperativo legal”. Recibió el mayor aplauso de la mañana, en lo que sin duda fue un gesto de apoyo a los desmedidos ataques que ha venido soportando desde el Gobierno de España y otros sectores por el simple hecho de haber sido propuesta para esta función por EH Bildu, pese a que nunca ha militado en un partido político.
El acto significó también la despedida del Gobierno saliente de UPN. Sin ningún entusiasmo y relegados por el protocolo a un segundo plano, los consejeros regionalistas fueron testigos del traspaso de poderes, excepto Íñigo Alli (Políticas Sociales), que no asistió.
Los cargos del gobierno de Barkos pusieron sobre la mesa a grandes rasgos las prioridades de su mandato. El vicepresidente segundo y consejero de Derechos Sociales, Miguel Laparra, apostó por dar respuesta inmediata a los más desfavorecidos. Desde el departamento de Educación, José Luis Mendoza se fijó como reto detener la aplicación de la reforma educativa del Gobierno español, la polémica Lomce diseñada por el ministro Wert y heredada por su sucesor Méndez. Esa reforma estrecha el control sobre las autonomías y ha sido duramente criticada por la mayoría de territorios. Una de las declaraciones más llamativas llegó por boca de la responsable de Interior, María José Beaumont, que ha tenido que capear con las críticas de la derecha más inflexible por haber sido propuesta por EH Bildu. Ayer dijo que le importa “muy poco” lo que diga el ministro del Interior porque “va a durar cuatro días”, en alusión a las elecciones generales de finales de año. Beaumont se despachó en esa clave después de que el ministro amagara con entorpecer la colaboración con la Policía Foral. Ayer avanzó que se ha reunido ya con varios altos cargos y que pretende activar todos los resortes del departamento para que esté cuanto antes a pleno rendimiento. Se ha reunido con el jefe de la Policía Foral, entre otros.
Ana Ollo, consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, prometió que su departamento será “el de la convivencia en paz, para lo que habrá que trabajar por el resarcimiento de las víctimas de la violencia política que ha habido en las últimas décadas”. “Será también la de la convivencia en lo lingüístico, para que cualquier navarro pueda expresarse en las dos lenguas; y entre hombres y mujeres por una sociedad más igualitaria”, destacó. Por su parte, el consejero de Salud, Fernando Domínguez, apostó por potenciar la sanidad pública.
Comparecencia de consejeros. UPN y PSN se han apresurado en solicitar la comparecencia en el Parlamento foral de los nueve consejeros que componen el Ejecutivo para que expongan sus líneas de trabajo. Las peticiones se registraron por separado, pero se plantean en términos similares. Pese a la premura en solicitarlas, las comparecencias no tendrán lugar antes de septiembre.
Anécdotas de la jornada. Algunos de los nuevos consejeros del Ejecutivo no sabían por dónde se accede al Palacio foral para celebrar las sesiones de gobierno. Además, Uxue Barkos tuvo problemas para colocarles la insignia con el escudo de Navarra.