barcelona - La lista unitaria sin políticos va camino de asentarse como la opción soberanista de cara al 27 de septiembre después de que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) diera ayer el visto bueno a la propuesta de Òmnium Cultural, y más todavía después de que Artur Mas eludiera referirse a si solo maneja la opción de integrar una candidatura o, por el contrario, estaría dispuesto a sacrificar su figura, algo que tras el proceso participativo del 9-N ya insinuó si ello contribuía al éxito independentista. En su comunicado, la ANC señala que esta plancha “tiene que representar toda la transversalidad y sensibilidades ideológicas de la sociedad, y superar el debate propio de unas elecciones autonómicas”, mientras que el jefe del Govern ahondó en que “lo que intento es darle carácter plebiscitario al 27-S, y para conseguirlo quiere decir que se tienen que hacer cosas nuevas y diferentes, no las de siempre”, una manifestación que da más luz si cabe a la apuesta exclusiva por la sociedad civil. Para más inri, la CUP anunció su interés en estudiar “una única candidatura en clave de ruptura sin partidos para contar los votos del sí” a la secesión y luego, “de forma inmediata, convocar elecciones constituyentes ya con la presencia” de la formaciones políticas, un escenario que provocó la euforia en las filas de ERC.

Tanto Mas como la ANC pidieron discreción máxima en esta andadura hasta el punto de que esta plataforma detalló que durante el diálogo con los diferentes actores no realizará declaraciones públicas sobre esta cuestión hasta que se pacte la propuesta final. El incremento de la presión sobre el president ya se escenificó el pasado martes cuando los republicanos insistieron en que los políticos debían dar un paso atrás, aunque Mas, de momento, llama a la calma. Lo hizo principalmente cuando el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, le afeó que está a punto de convertir a Catalunya en Grecia, a lo que el convergente le espetó que son situaciones “incomparables, ahora y dentro de dieciocho meses, porque somos absolutamente solventes y no existe ni una sola posibilidad de un posible corralito”. “El día que Catalunya recaude todos los impuestos, no necesitará ni flá [por el FLA, fondo de rescate español] ni flú ni flí”, subrayó en alusión al estatus de un posible Estado catalán independiente, referencia que le sirvió también para justificar el informe sobre recentralización, que fue criticado duramente por la popular Alicia Sánchez-Camacho por considerarlo el “documento del odio”. Mas le respondió tajante con el lamento de que “un gobierno español puede dialogar con un grupo terrorista [por ETA] y no con un gobierno democrático”.

un recado al psc “El 27-S hay que intentar una propuesta nueva que no tenga que ver con el déjà vu”, sentenció el president, después de que el líder socialista, Miquel Iceta, le emplazara a buscar la alianza con la Comunidad Valenciana y Baleares para mejorar la financiación y la colaboración en lengua y cultura, y a apostar por la reforma constitucional, lo que aprovechó Mas para reprochar al PSC que renuncie incluso a un referendo pactado como sí recogían en su último programa electoral. “Están sentados ahora en estas sillas, porque llevaban en su programa electoral de hace dos años la consulta legal y acordada, y ahora ya ni eso, ustedes han cambiado rotundamente de posición”, zanjó.

La cuestión catalana y el enfrentamiento entre Gobierno español y Generalitat, entre PP y Convergència, se evidenció hasta el punto de que la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, tuvo que usar su autoridad para llamar la atención a varios diputados. Las malas formas en el plenario llevaron a De Gispert a interrumpir varias intervenciones para llamar al orden, sobre todo a la bancada del PP, que tiró de murmullos, exclamaciones y un runrún cuando se debatía sobre la citada recentralización. Lo cierto es que mientras el independentismo trata de suturar sus heridas, el resto, salvo ICV-EUiA, le castigó recordándole el retroceso en las encuestas y que a pocas semanas de los comicios no está claro ni si Mas será candidato. “Esto no lo responderé hoy en el Parlament, no ofreceré esta respuesta”, recalcó el president, quien, prudente, optó por vender la obra del Govern y sensibilidad social.

En este contexto, el Tribunal Constitucional suspendió el Comisionado para la Transición Nacional promovido por la Generalitat tras admitir a trámite el conflicto positivo de competencia promovido por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Y, entre tanto, el líder democristiano, Duran i Lleida, empeñado en azuzar lo que ahora denomina como el “sainete” de las listas, contempla cómo su partido sale trastabillado tras la ruptura de la federación. Por de pronto, UDC de Barcelona anunció su disolución por discrepancias con la dirección y con la voluntad de refundarse en “un nuevo partido político”.