bilbao -La jornada de proclamación de alcaldes del sábado fue especialmente aciaga para el PP, que ha amarrado tan solo tres ayuntamientos y no gobernará ninguna capital ni diputación de la comunidad autónoma. Los populares, que habían comandado hasta ahora Gasteiz y la Diputación de Araba, han visto reducido su poder institucional a las alcaldías de Laguardia, Baños de Ebro y Navaridas. Fueron la lista más votada en Oion y Gasteiz, pero han sido desbancados por los pactos de la oposición debido a su aislamiento político y al rechazo que han generado sus siglas tras haber vinculado a los inmigrantes magrebíes con el abuso de las ayudas sociales. El desalojo de Gasteiz ha dejado muy tocado al partido, no solo por haber perdido una capital, sino porque el exalcalde Javier Maroto era una de las figuras con mayor proyección y mejor valoradas dentro del PP. Además, la formación había confiado hasta el último momento en que el PNV no se prestara a desalojar a Maroto presentando la candidatura de Gorka Urtaran, y lo había tentado ofreciéndole un pacto de no agresión: que Maroto siguiera en Gasteiz y, a cambio, el PP no daría demasiados problemas al jeltzale Ramiro González en la Diputación alavesa, donde la suma PNV-PSE no alcanza la mayoría absoluta. Sus opciones se han esfumado con la investidura de Urtaran, y la secretaria general del PP de la CAV, Nerea Llanos, avisó ayer de que el desalojo de Maroto “tendrá consecuencias”.
En declaraciones en Bilbao, no contuvo su malestar y acusó a los jeltzales de haberse apoyado en EH Bildu “en un acto de desvergüenza política, hipocresía y avaricia”. Recalcó que el vencedor de las elecciones fue Maroto, y “el que ahora es alcalde fue el perdedor, ya que quedó tercero a 16.000 votos”. Urtaran fue investido con los votos de la izquierda abertzale, Irabazi y la plancha avalada por Podemos, mientras el socialismo se descolgó porque un edil del PNV no le permitió gobernar en Andoain. Llanos reprochó a los jeltzales que acepten los votos de la izquierda abertzale, “que sigue sin condenar la actividad terrorista de ETA”. A su juicio, EH Bildu “va a dirigir el futuro de Vitoria y de Álava”.
Las declaraciones de Llanos anticipan probablemente una posición beligerante del PP en Juntas de Araba. Está por ver si llega tan lejos como para presentar a Javier de Andrés como candidato a la reelección en la Diputación. Ese paso no sería inocuo, ya que el PP podría sumar con Ciudadanos y lograr 13 escaños, los mismos que el PNV. Los jeltzales lograron más asientos que los populares, pero fue el PP quien logró más votos en las elecciones y, según el reglamento, en caso de empate de escaños gana en la investidura quien haya logrado más votos en las elecciones. Es decir, ganaría De Andrés.
En principio, el remedio podría estar al alcance, y pasaría por que el PNV sumara con los socialistas en el marco de su acuerdo global. Tendrían 18 escaños y lograrían aupar a Ramiro González, siempre y cuando el bloque de izquierdas de EH Bildu, Podemos e Irabazi no presentara un aspirante alternativo. Ese obstáculo parece salvado porque la izquierda abertzale se comprometió a no torpedear la investidura del PNV en Juntas a cambio del desalojo de Maroto. Otro cantar sería el transcurso de la legislatura, porque ese bloque de izquierdas suma 20 asientos, más que jeltzales y socialistas. El PNV debería ganarse a algún grupo de la izquierda, a la propia coalición soberanista, o a un PP que ahora se aleja. En cuanto a la relación con el Gobierno español, no hay demasiado margen para empeorar, ya que las demandas del lehendakari no han tenido respuesta.