Bilbao - Lo pudo haber dicho en el transcurso de las Fiestas de la Rosa que los socialistas vascos y navarros celebraron este fin de semana en Iruñea y Durango. Pero el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lanzó un aviso a sus propias filas al advertir que no permitirá que el PSN pueda alcanzar acuerdos con Bildu en la Comunidad Foral. Es más, instaló la “línea roja” de su formación ante hipotéticas alianzas tras la cita con las urnas del 24-M en la Constitución española.

“Con Bildu no vamos a pactar. En cualquier tipo de combinación que esté Bildu, el PSOE no estará”, apuntó un Sánchez que en sus dos actos públicos en Euskadi ante sus correligionarios tuvo un perfil mucho más estatalista. Más se soltó ayer ante las cámaras de Navarra Televisión, en las que se reafirmó en que “el PSOE huye de los extremos”. “En uno está Bildu y en otro el PP y UPN. La gente tiene que saber que los socialistas hemos aprendido de nuestro errores y nos presentamos con un proyecto autónomo y de izquierdas”, frente a una coalición que “no es el cambio” en Nafarroa.

“De Bildu no queremos nada. Ni esperamos nada ni queremos nada”, confirmó. Y es que, a su juicio, “entre Bildu y UPN-PP hay un amplio espacio para construir un gobierno de cambio seguro que esta Comunidad necesita”. Tampoco ese viraje tras el 24-M en el que el bastón de mando del palacio foral podría cambiar de manos pasa por una UPN -tras el paso de una Barcina “que falló a los navarros”, sostuvo- a la que tampoco parece ver con fuerzas para lidera la Nafarroa del futuro.

En la lista de las polémicas recientes entre la cúpula del PSOE y sus federaciones territoriales está aún bien presente la que Ferraz mantuvo con los socialistas navarros por la finalmente fallida moción de censura a Yolanda Barcina que la dirección estatal bloqueó, pese a que se impulsó desde Nafarroa. Con Bildu metida de lleno en aquella abortada operación de 2014 -que dejó al entonces secretario general del PSN, Roberto Jiménez, fuera del partido-, Sánchez no clarificó cual habría sido su postura ante aquellos hechos, pero abogó porque se hubiera dado un adelanto electoral que UPN bloqueó.

Sánchez, por el contrario, apostó por poner sus ojos en María Chivite, que optará a erigirse en presidenta de Nafarroa y un PSN que “representa un proyecto autónomo, de izquierdas” siendo “alternativa a UPN” .

Sánchez siguió su periplo por tierras vascas -también lo hará los días 12 y 17 en campaña- en Landako Gunea de Durango, que dio cobijo al PSE en su anual Fiesta de la Rosa. Fue allí donde Idoia Mendia, secretaria general de los socialistas vascos, instó al lehendakari a “gobernar con determinación” desde su puesto de mando en Ajuria Enea y que “se deje de presos y peleítas de patio de colegio con Bildu para ver quién es más nacionalista”.

Con unos discursos “demagógicos y autocomplacientes” que “venden los gobernantes de Madrid y Vitoria”, Mendia reclamó a los socialistas que tomen fuerza antes unas elección es forales y municipales que pueden resultar decisivas para el futuro más inmediato del PSE. Unos malos resultados podrían tener un efecto devastador para la formación, pero resaltó que son los “únicos” que gobiernan para la mayoría y tienen “propuestas concretas para solucionar los problemas de la gente de la calle”.

Mendia contrapuso “el letargo” del Gobierno Vasco, al que los socialistas están “forzando” a actuar en materias como empleo o poniendo “freno a la pobreza energética”. No en vano, estimó que “hace falta que el Gobierno de Urkullu “salga de su letargo” y actúe “con determinación” para activar planes empleo, becas para jóvenes y políticas de I+D+i y que “se deje de presos y banderas y peleítas de patio de colegio con Bildu”.