madrid - La legislatura de Mariano Rajoy, que entra ya en tiempo de descuento con las elecciones de finales de año en el horizonte, ha sido especialmente ardua para el PNV. Aunque el PP tampoco los ha querido desairar abiertamente quizás para no encender otro fuego como el catalán, los jeltzales han arrancado contados acuerdos con sacacorchos, y el lehendakari ha denunciado la falta de respuesta a sus peticiones. Con el propósito de abrir una grieta en ese muro, el PNV se decantó por fijar condiciones posibilistas en la negociación de los últimos Presupuestos, y pidió el traspaso de competencias que ya fueron encarriladas con el expresidente Zapatero, como los ferrocarriles, las autopistas y el Fogasa, fondo que se encarga de pagar salarios en empresas en quiebra. Tampoco así fue posible el acuerdo. El PNV dio por agotada la legislatura y Urkullu optó por no insistir más a Rajoy. Los jeltzales dieron ayer otra muestra de que no ven grandes opciones de pacto y de que ya están en otro escenario. Tras una negociación presupuestaria más posibilista, ayer tiraron por elevación poniendo sobre la mesa reivindicaciones históricas a las que en puridad nunca han renunciado y que saben que son intocables para Rajoy, como el traspaso de prisiones a suelo vasco; y pidieron cambiar la Constitución para reconocer las naciones vasca y catalana. Los jeltzales ya están en otra fase y lo fían todo a una próxima legislatura “sin mayorías absolutas”. El presidente español, por su parte, les negó cualquier concesión en paz y autogobierno.
El popular redujo su agenda para Euskadi a la adjudicación de unas obras del tren de alta velocidad mañana mismo, un gesto que empieza a ser un clásico : cuando el PNV le afea su falta de respuesta en el Congreso, al igual que sucedió en una sesión de control de diciembre, Rajoy trata de hacer ver que tiene a Euskadi en sus oraciones anunciando la licitación de nuevos tramos en el siguiente Consejo de Ministros, lo que puede convertir las obras del tren en una adjudicación píldora a píldora y a remolque de las críticas. En concreto, se aprobarán los acuerdos para la adjudicación del tramo Arrasate-Bergara, Elorrio-Bergara y Elorrio-Elorrio.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, tomó ayer la palabra en la segunda sesión del debate de política general, conocido como Debate del Estado de la Nación. Afeó a Rajoy que no haga gestiones para consolidar la paz tras el fin de ETA y que continúe la dispersión de los presos, y avisó de que, “mirando hacia otro lado, no se solucionará el encaje institucional catalán y vasco”. Rajoy cerró la puerta a cal y canto en ambos debates. Sobre la paz, a pesar del cese de ETA, aseguró que “no hay ninguna razón para que cambie” la política penitenciaria, y propuso a la organización que “lisa y llanamente se disuelva” si quiere revertir la situación. En materia de autogobierno, despachó la cuestión argumentando que Euskadi “ya es la autonomía con el mayor autogobierno no solo de Europa, sino del mundo”, y se escudó en problemas económicos para justificar que no haya renovado el Cupo vasco, el dinero que paga Euskadi a España por servicios como el Ejército o la Corona y en concepto de solidaridad con otros territorios.
propuestas La verdadera carga de profundidad llegó en las quince propuestas de resolución de los jeltzales, que serán votadas hoy en el pleno. Aunque es habitual que los partidos eleven su precio en esas propuestas, y aunque los jeltzales plantean medidas que ya pidieron el pasado año, el documento adquiere una nueva dimensión tras una negociación presupuestaria en la que buscaron ser más flexibles, y en los últimos compases de una legislatura que todos dan por agotada y en la que Rajoy ha lanzado ya la campaña electoral. El partido enmienda a la totalidad las políticas del PP. Pide derogar la reforma de la justicia universal, que limitó a casos muy concretos la posibilidad de que España persiga delitos internacionales; tumbar el endurecimiento del Código Penal que recoge la prisión permanente revisable, en la que muchos ven una cadena perpetua; y borrar los preceptos más polémicos de la Ley de Seguridad Ciudadana, que algunos sectores entienden que limita el derecho de manifestación. También quiere derogar la detención incomunicada, y descontar a los presos las penas cumplidas en otros países de la Unión Europea, como piden las instituciones comunitarias.
El PNV no emplaza solo a Madrid. Exige a ETA su “desarme y disolución rápida, efectiva y total”, aunque reclama al Gobierno español que se implique para propiciar que ese desarme sea ordenado. Si una jornada antes Rajoy había presentado como señuelo electoral varias medidas sociales y la derogación de las tasas judiciales, ayer dejó ver que no tiene conejos que sacar de la chistera para Euskadi. Se ajustó al guion y dijo que, si los presos quieren reinsertarse, deben pedir perdón y colaborar con la justicia, unos criterios que no explican por qué los reclusos críticos con ETA encuadrados en la vía Nanclares tampoco logran permisos y deben recurrir a la vía judicial. “Aquí hay presos que han renunciado a la violencia, que han mostrado su dolor, que se han entrevistado con familiares y no se les ha aplicado ningún beneficio penitenciario”, puso en evidencia Esteban.
transición En materia de autogobierno, el PNV propone reconocer la existencia de las naciones vasca y catalana y recoger ese carácter plurinacional del Estado en la Constitución, dejando la puerta abierta a que Galicia tuviera ese reconocimiento específico si así lo deseara. Pero ha llegado un momento en que los jeltzales lo proponen solo por no cejar en el empeño y por convicción abertzale, y no porque esperen hallar respuestas en Rajoy. El PNV ya piensa en la siguiente legislatura donde, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, gobierne quien gobierne lo hará en minoría y será más fácil introducir las demandas de Euskadi y Catalunya, particularmente si gobernaran el PSOE o el partido de Pablo Iglesias. Esteban no fue tan lejos ayer pero confió en que el futuro “no será la mayoría absoluta del PP, sino un futuro de negociación y entendimiento que contemple una segunda transición”.
En otras propuestas de resolución, el PNV reclama recuperar la dotación presupuestaria para garantizar la atención a las personas dependientes, y que toque más dinero a Euskadi en el reparto de fondos del plan europeo de Garantía de Empleo Juvenil porque tiene la competencia en políticas activas. Hay otras ya conocidas, como el traspaso de prisiones y ferrocarriles, y adecuar al tiempo de paz los efectivos de fuerzas de seguridad del Estado desplegados en suelo vasco.
Paz. Desarme y disolución “rápida, efectiva y total” de ETA, derogar el régimen de incomunicación, descontar las penas cumplidas en Francia y flexibilizar la política penitenciaria.
Autogobierno. Reconocer la plurinacionalidad del Estado en la Constitución española. Traspaso de prisiones y ferrocarriles.
Otras. Cerrar la central nuclear de Garoña y activar un plan para compensar los efectos económicos que pudiera provocar en la zona, facilitar y respetar la opinión de los vecinos de Trebiño y Villaverde sobre su anexión a Euskadi, garantizar que el TAV esté operativo para 2019 y que las administraciones vascas tengan la competencia para gestionar los tramos que conecten las tres capitales de la CAV, y devolver los bienes incautados en la guerra civil, entre otras.