Gasteiz - A falta de tres meses para las elecciones municipales, el PSE se quedó ayer sin su cabeza de lista en Gasteiz y aumentó la grietas internas que persiguen a los socialistas en la antesala electoral. En el caso de Vitoria, la candidata, Maite Berrocal, renunció al considerar que desde la Ejecutiva provincial le “imponían” quiénes debían ser sus compañeros en la plancha electoral a través de una propuesta alternativa que, también ayer, obtuvo el respaldo de la dirección del partido encabezado por Idoia Mendia.

La decisión de Berrocal activa un nuevo proceso designador que correrá a cargo de la Ejecutiva liderada en Álava por Cristina González, una auténtica patata caliente que la secretaria general tratará de gestionar con la propuesta, hoy mismo, de un nuevo jefe de filas. Las fuentes oficiales guardan silencio sobre si el elegido o la elegida saldrá de la lista que deberá ser ratificada entre el viernes y el lunes por las dos asambleas vitorianas -Pablo Iglesias y Antonio Amat- o si, por el contrario, buscan fuera de la plancha un aspirante que asuma el delicado reto de encabezar los candidatos del PSE de Gasteiz a tres meses de la cita con las urnas.

No obstante, según ha podido saber este periódico, todo apunta a que será el número dos de la lista presentada por la Ejecutiva provincial y ratificada por la dirección autonómica, Carlos Zapatero, quien lidere la plancha municipal a propuesta de González y su equipo. La líder del PSE en Álava pretendería con su apuesta por el expresidente de Caja Vital y exvicepresidente de Kutxabank encauzar la campaña y dejar atrás lo antes posible el revés que supuso la baja de la candidata local.

La decisión de Berrocal puso fin a la aparente calma que imperaba en la sede de la plaza del Arca desde finales del pasado año. González, estrecha colaboradora de su antecesor, Txarli Prieto, y actual portavoz del PSE en las Juntas Generales, vencía en noviembre al candidato del sector crítico en las elecciones internas y avalaba la continuidad de la línea trazada por el aparato. El 38% de los sufragios logrado por los renovadores abortaron cualquier intento de dar la batalla en la pugna por las candidaturas. Así, Berrocal surgió desde un escenario intermedio entre los continuistas de González y los críticos. Dio un paso adelante y formalizó su candidatura a la espera de posibles adversarios que nunca llegaron a aparecer.

Las dos dirigentes socialistas se aupaban a las primeras posiciones de las planchas forales y municipales, cada una por su camino. La imagen de Berrocal sobre los colores de la bandera republicana comenzaba a poblar espacios publicitarios en una campaña estrictamente local, sin que la candidatura de González siguiera un camino paralelo. La sensación que transmitía esta estrategia se resumía en que cada una de ellas hacía la guerra por su cuenta. Esta teoría se vio refrendada tras los contactos que ambas celebraron la semana pasada con el objetivo de consensuar una lista municipal definitiva. La propuesta de Berrocal presentaba de número dos a Virgilio Bermejo, hombre de su confianza y empleado del grupo municipal, mientras que la tercera plaza estaba destinada a Silvia Calurano, responsable del área de Igualdad del partido. González, por su parte, apostaba por relegar estos dos nombres a las plazas cuarta y quinta de lista para cubrir los puestos de salida con Carlos Zapatero e Isabel Martínez, actual concejal del PSE en Gasteiz.

Según fuentes conocedoras de estas conversaciones, la secretaria general perseguía con estas incorporaciones dotar de “mayor peso y empaque político” a la candidatura. González apostaba por aprovechar la “trayectoria económica” y la capacidad de gestión de Zapatero como atractivo para el electorado, además de la línea continuista en el trabajo municipal que marcaría la presencia de Martínez, la única edil actual que se postula a la reelección tras la jubilación de Peio López de Munain, la retirada de la política del ex alcalde Patxi Lazcoz, y la falta de apoyos de los críticos Juan Carlos Alonso y Marian Gutiérrez.

premeditación Lazcoz, pareja de la ya exaspirante municipal del PSE, fue una de las primeras personas en conocer la decisión de Berrocal. En su valoración de los hechos, el ex primer edil destacó que “alguien tenía prevista” esta sucesión de acontecimientos desde hace meses.

Recordó que, a diferencia de lo que ocurre en otras elecciones, el equipo que acompaña a un candidato a alcalde es determinante al estar el aspirante “obligado” a elegir entre sus compañeros de plancha para la designación de cargos en caso de salir elegido alcalde. Por el contrario, un diputado general o un lehendakari puede optar por personas ajenas al listado electoral.