barcelona - CiU restañó su crisis interna y el riesgo de consumar su fractura después de que Josep Antoni Duran i Lleida recibiera ayer “el pleno apoyo y confianza” de forma “unánime” de la Ejecutiva de la federación nacionalista para la gestión del grupo en el Congreso con la voluntad de que no se repita una división de voto. Así lo explicó el secretario general de CiU, Ramon Espadaler (UDC) tras la reunión de apenas hora y media del Comité Ejecutivo Nacional, donde se incidió en que, al reiterar el respaldo al democristiano y a los portavoces adjuntos -es decir, a Pere Macias y Josep Sánchez-Llibre-, se da por cerrado el conflicto. Espadaler defendió que hubo una “interpretación diferente” de la decisión adoptada sobre la votación, el pasado día 10, de la toma en consideración de la proposición de ley contra el yihadismo -UDC votó a favor pero CDC se abstuvo-, recalcando que hay interés de los dos socios de que no vuelva a suceder más un episodio semejante.

“Les puedo garantizar que ninguna de las dos partes tiene el más mínimo interés en repetir un desencuentro como este y pongo la mano en el fuego por ello”, afirmó Espadaler, que compareció junto al dirigente de Convergència, Lluís Corominas. Para evitar que se reproduzca este trance no se adoptó ningún mecanismo nuevo, sino que se traslada toda la gestión de futuros sentidos de voto al grupo parlamentario de Madrid, presidido por Duran, al que reiteraron su plena confianza. Tampoco se decidió el sentido de voto en la votación final de la proposición de ley contra el yihadismo, algo que dependerá de si se aceptan las enmiendas que presentará CiU y que al final decidirá el grupo parlamentario en la Cámara baja.

Pese a todo, ambos socios mantienen sus diferencias en la apuesta soberanista, algo que hizo notar el líder democristiano poco antes de la cita en su cuenta de Twitter, donde Duran abogó por la “vía confederal” como “la respuesta a tener que decidir entre la vía autonomista o imitar a CDC y abrazar la independencia”. El máximo dirigente de UDC intervino ayer en la cumbre ejecutiva para expresar su malestar por el incidente con los diputados de CDC pero en todo caso Corominas añadió que “sobre un malentendido no podemos hacer una teoría”. “Llevamos 35 años trabajando juntos y nuestra voluntad es seguir haciendo camino juntos”, resumió.

En cuanto a la votación final de la proposición de ley, CiU no ha decidido su posición como federación en una normativa en la que en CDC se mantienen las reservas sobre las modificaciones penales en caso de subversión del orden constitucional, ya que creen que podrían afectar a impulsores del proceso soberanista como Artur Mas. A falta de conocer si PP y PSOE aceptarán las enmiendas, Espadaler subrayó que si no son aceptadas y todo deriva en un texto “no asumible”, CiU no le dará apoyo, aunque incidió en que esto lo decidirá el grupo parlamentario. En todo caso, destacó que la federación está en contra de cualquier expresión terrorista, un fenómeno que la coalición nunca ha usado como “arma arrojadiza partidista”.

Por su parte, el líder de Ciutadans, Albert Rivera, invitó a UDC a romper con el president si no comparten el proyecto independentista de CDC, a pocos meses para las elecciones del 27-S. “UDC sigue dentro del barco que CDC lleva hacia las rocas. No sé a que esperan”, reseñó Rivera -henchido por los números que le dan las encuestas de cara a las elecciones generales-, por lo que emplazó a los democristianos a aclararse “si quieren recuperar parte de su credibilidad”. Rivera ve extraño que sigan formando parte del Govern pese a las críticas de Duran, y recordó que la democristiana Joana Ortega es la vicepresidenta: “Me gustaría saber si UDC es la de Duran o la de Ortega”. Para Rivera, las tensiones en CiU han llegado más allá de la cúpula y afectan ya a su electorado, “una guerra que no es de extrañar cuando se pierde la mitad de intención de voto” desde 2010.

erc huye de polémicas En este contexto, ERC evitó polemizar con CiU por las discrepancias internas que está viviendo la federación. “Que hagan lo que consideren oportuno”, constató la portavoz republicana, Anna Simó, quien puntualizó que es “mejor” que se hable de la acción política que llevan a cabo los partidos de cara al próximo 27 de septiembre que no de sus cuestiones propias. ERC votó en contra del pacto antiyihadista PP-PSOE porque estima que es un acuerdo que recorta derechos y que “amenaza actitudes perfectamente democráticas” como el proceso soberanista que se está viviendo en Catalunya.