kiev - Ucrania y los separatistas prorrusos reanudarán hoy, viernes, las negociaciones de paz en Minsk, anunció ayer el Ministerio de Exteriores de Bielorrusia. El Grupo de Contacto, que incluye a Ucrania, Rusia y la OSCE, informó ayer a la Cancillería bielorrusa sobre su intención de celebrar una nueva ronda de negociaciones para frenar la actual escalada del conflicto en el este de Ucrania. Este anuncio se produce después de que ayer en Kiev el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, se reuniera con el embajador ruso, Mijaíl Zurabov, y con la representante de la OSCE, Heidi Tagliavini, que participarán como mediadores en dicha reunión.
Poroshenko aseguró que el resultado de la reunión debe ser el inmediato alto el fuego y la retirada del armamento pesado de la línea de separación fijada el 19 de septiembre, cuando se firmó el Memorándum de Paz de Minsk. Además, deben establecerse plazos para el repliegue de las fuerzas de ambos bandos de dicha línea del frente y el restablecimiento del control ucraniano sobre los sectores de la frontera rusa-ucraniana en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Kiev también aboga por desbloquear el acceso de la ayuda humanitaria a la población de la zona de conflicto y reanudar el canje de prisioneros de guerra. Los separatistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk confirmaron que enviarán a sus representantes a la capital bielorrusa, adonde acudirían sus líderes en caso de que se acuerde firmar algún documento.
acuerdos “muertos” Los separatistas de Donetsk consideraron ayer “muertos” los acuerdos de paz de Minsk, aunque se mostraron dispuestos a continuar las negociaciones, pero “en otro formato”. Los líderes rebeldes mantienen que las negociaciones no prosperarán hasta que Kiev nombre a un representante plenipotenciario que releve al expresidente ucraniano Leonid Kuchma, que participó en las anteriores rondas negociadoras.
Tanto Rusia como los separatistas acusan a Kiev de violar el alto el fuego al reanudar los ataques con fuego de artillería contra las plazas fuertes rebeldes y de aprovechar la tregua exclusivamente para reagrupar fuerzas y movilizar a nuevos reclutas.
Mientras, Kiev acusa a los rebeldes de violar los acuerdos de Minsk, que obligaban a ambos bandos a mantener sus posiciones y crear una zona desmilitarizada de 30 kilómetros de ancho, de la que debían retirar su armamento pesado.
Tras la reanudación de los combates en la segunda semana de enero, las milicias de Donetsk arrebataron el aeropuerto a las fuerzas gubernamentales y lanzaron la pasada semana una ofensiva general para unificar el frente con la vecina Lugansk.
Las milicias rebeldes aseguran que han estrechado el cerco en torno a los 10.000 soldados ucranianos desplegados en la localidad de Debaltsevo, estratégico nudo de comunicaciones entre Donetsk y Lugansk, principales plazas fuertes prorrusas.
Residentes de Debaltsevo, plaza estratégica y el mayor foco de tensión estos días entre separatistas y el Ejército de Kiev, han empezado a abandonar sus hogares, ante la grave situación humanitaria que se vive por los incesantes bombardeos. Unas cien personas, en su mayoría jubilados y familias con menores, se congregaron ayer por la mañana frente a la alcaldía para ser llevados en autobuses por voluntarios de la organización Donbass-SOS encargada de misiones humanitarias. Según numerosos testimonios recogidos por la prensa local, los fuertes bombardeos prosiguen por décimo día consecutivo dejando víctimas mortales y dañando las infraestructuras. - Efe