- El calendario, la forma y el fondo del hipotético adelanto electoral en Catalunya está pendiente de la reunión que Artur Mas mantendrá hoy con el presidente de ERC, Oriol Junqueras, y los líderes de las respectivas plataformas de la sociedad civil con el fin de consensuar la fórmula en la que se acudiría a las urnas, dado que aunque los republicanos aceptaron la lista transversal del president, aglutinando éste todos los independientes en su plancha y prescindiendo de las siglas de Convergència, el jefe del Govern sopesa ahora celebrar los comicios en otoño, una incógnita que desvelará oficialmente mañana. “El objetivo es continuar con un proceso político que ha llegado muy arriba, no aflojar para que no se desinfle y hacer que salga bien”, abogó Mas, lamentando la confusión e intereses partidistas en las negociaciones que viene manteniendo.
El cruce de declaraciones entre los dirigentes de CiU y ERC deja entrever que el president estaría dispuesto a aplazar las elecciones hasta septiembre, barajándose el día 13 en plena resaca de una nueva Diada aunque ello obligara a enfangarse en campaña en agosto y solo tres meses después de las municipales. Opción que desde luego no contentaría a las entidades civiles (Assemblea Nacional, Òmnium Cultural y Associació de Municipis per la Independencia), principalmente a la ANC, que incluso, como reconoció su presidenta Carme Forcadell, no descarta ejercer como fuerza electoral; lo que además confirmaría la ruptura entre convergentes y republicanos, así como la prórroga presupuestaria. Con todo, 2014 ha sido para Mas “un grandísimo año” en lo que respecta a la transición nacional, y de no consumarse el pacto proseguiría en la presente legislatura con el despliegue de las llamadas estructuras de estado.
El líder de CiU se congratuló que su ejecutivo, “y tenemos unas cuantas querellas por ello”, fuera capaz de poner urnas el 9-N gracias a la “alianza estratégica entre el Govern y la gente”, lejos de la “lucha partidista” y dentro del trabajo de la Generalitat, con ocho informes sobre sobre los parámetros de un futuro Estado catalán. La coalición de gobierno con ERC, cumplido el 67% de los compromisos adquiridos, cambiando de rasante la situación económica tendente ya a la recuperación, ha desembocado sin embargo en otro escenario mucho “más lioso” pese a que se está aplicando “el sentido común, si bien confía en dar un vuelco al clima de “jaleo” con independencia de que al final el acuerdo fructifique o no. De hecho, “hay un montón de ejemplos que revelan la capacidad del Govern de alcanzar acuerdos con los agentes políticos, sociales y económicos. “Estamos en un momento en que la cultura del acuerdo en Catalunya se debe ir reforzando”, proclamó Mas, reprochando al Gabinete Rajoy la “hostilidad” mostrada recurriendo a los tribunales. Su velado ataque a ERC certifica la bronca entre ambos partidos con sus manifestaciones en las redes sociales, donde la formación de Junqueras se ha afanado en plasmar que ya había entente, desmentida por los convergentes. Sus maquinarias se han enzarzado en las últimas horas a través de Twitter a la sombra del trending topic mundial de la ANC #AcordiEleccionsJa; y también en un tuit la entidad de Forcadell insistió en que quieren elecciones porque “el país no puede esperar”. A quienes les disgusta el cariz que ha tomado el asunto es a las otras dos fuerzas proclives al derecho a decidir. El diputado de la CUP Quim Arrufat observa con “pánico y miedo” que Mas piense en aplazar las elecciones hasta otoño, advirtiéndole de que así se rompería su compromiso de hacerlas inmediatamente si no se podía hacer la consulta el 9-N, aunque admitió que sí existen espacios de diálogo con CiU y ERC en los que se abordan hojas de ruta posteriores a los comicios como la posibilidad de un gobierno de concentración. Por su parte, la portavoz de ICV Dolors Camats consideró “ofensivo” el balance de legislatura del president, exigiéndole elecciones inmediatas para formar una mayoría alternativa de izquierdas y cambiar el Govern.