madrid- Mariano Rajoy eludió ayer realizar cualquier tipo de valoración sobre el plan de desarme de ETA elaborado por Iñigo Urkullu y que fue presentado por el lehendakari a la sociedad vasca el pasado fin de semana. En su última comparecencia del año, el presidente del Gobierno español no se salió ni un milímetro de sus postulados con respecto al proceso de pacificación y normalización política en Euskadi. A su juicio, lo que debe hacer ETA es disolverse y entregar las armas “porque es lo mejor para todo, empezando por ellos”.

En un discurso sin novedades, calcado en sus contenidos a los que sobre esta materia ha mantenido desde que accedió la Jefatura del Ejecutivo español, Rajoy reiteró que la solución definitiva de lo que calificó como el “problema de ETA” pasa por la disolución de la organización armada. “Asi lo he reiterado hasta la saciedad y así creo que va a ser. Es lo mejor para todos, empezando por ellos, para así entrar en una etapa de normalidad, de tranquilidad y de mirar para adelante”, aseguró.

En ese mirar para adelante, el líder del PP recordó a las personas que han sido víctimas de la organización armada a lo largo de los últimos cincuenta años. “Siempre habrá que tener presente que hay mucha gente que ha dejado su vida y que ha perdido derechos fundamentales básicos por culpa de otros que han atentado contra ellos”, afirmó Rajoy para recordar a continuación que “forman una organización criminal que todavía existe”. “Lo que hay que hacer es disolverla y entregar las armas”, zanjó.

El plan de desarme diseñado por el lehendakari Urkullu se basa en cinco pasos. El primero de ellos supone una aceptación por parte de ETA de “los buenos oficios” de un comité compuesto por agentes sociales, internacionales y del Gobierno Vasco. El segundo paso implicaría que ETA estructurara “en un plazo de tiempo comunicado el depósito de todas sus armas y explosivos y en un número de almacenamientos localizables y seguros para la población”. El Gobierno Vasco propone la constitución de un Comité para el Desarme compuesto por miembros del Foro Social que se ha reunido con el Comité Internacional de Verificación (CIV), así como por agentes internacionales y representantes del Gobierno Vasco, como el tercer paso. En cuarto lugar, ETA entregaría la localización de sus almacenamientos de armas y explosivos a la representación de la sociedad vasca en el Comité para el Desarme. El último paso sería la entrega de esta información al Comité para el Desarme, que lo pondría en manos de Lakua “para que ésta actúe como legalmente proceda”.

Por su parte, la dirigente de Sortu y parlamentaria vasca de EH Bildu Maribi Ugarteburu afirmó ayer que un “verdadero proceso de resolución democrático” precisa del “regreso a sus hogares” de todos los presos de ETA, y por ello realizó un llamamiento a participar en las movilizaciones que la formación de la izquierda abertzale ha organizado para este fin de semana frente a las prisiones de Basauri y Martutene. Hoy sábado se realizará una concentración ante la cárcel vizcaina, mientras que para mañana está prevista una marcha hasta el centro penitenciario donostiarra.

Condenas En este contexto, la Audiencia Nacional ha condenado a 50 años de cárcel a Raúl Angel Fuentes Villota, juzgado por participar en un intento de atentado contra un policía que se produjo el 6 de junio de 1991 en Barakaldo, al no creer su versión de que era un mero colaborador de la banda que trasladó en coche a sus compañeros y que se disponía a “orinar en un jardín” mientras estos colocaban el artefacto.

Según la sentencia, en la noche del 5 de junio de 1991 el acusado, junto a Kerman Urizar de Paz y Jon Mirena San Pedro, ya condenados por estos hechos, intentaron colocar una bomba lapa en el Ford Escort de un policía que vivía en la calle Landabeko de Barakaldo pero fueron descubiertos por agentes de Policía que vigilaban la zona. Los miembros de ETA emprendieron la huída empuñando las pistolas que llevaban aunque finalmente pudieron ser detenidos. Los jueces descartan que Fuentes Villota fuera “un mero colaborador”, como aseguraron Urizar de Paz y San Pedro y como explicó en el juicio el propio acusado, quien afirmó que fue detenido cuando iba a orinar en un jardín. “Fui a mear en unos jardines porque no había nadie en la calle. De repente, vinieron corriendo con la cara asustada y Jon Mirena me dio una pistola envuelta en un pañuelo para que la guardara en la guantera. Yo me la metí en el bolsillo de la chamarra mientras nos perseguía gente y nos detuvieron”, señaló el acusado durante el juicio, que se celebró el pasado 5 de noviembre.

Por otra parte, el Supremo ha rebajado de 11 a 9 años de cárcel la condena a Olga Comes por formar parte del comando que planeó secuestrar y ejecutar al concejal del PSE en Eibar Benjamín Atutxa. El alto tribunal ha estimado parcialmente el recurso de Comes y si bien la sigue considerandoculpable de tales ilícitos, rebaja en dos años de prisión la pena porque su actuación fue “menos relevante” que la del supuesto jefe del comando, Arkaitz Goikoetxea. - E.P./Efe