BARCELONA - En la actual negociación entre CiU y ERC de cara a la creación de una candidatura soberanista única para un adelanto electoral de carácter plebiscitario, la formación de Oriol Junqueras realizó ayer un gesto de calado evitando presentar una enmienda a la totalidad de los presupuestos del Govern, como sí hicieron el resto de grupos del Parlament. Como consecuencia, la coalición soberanista liderada por el president Artur Mas coge aire de cara al debate presupuestario de esta semana, aunque se da por supuesto que la pretensión de ERC es presionar de cara a una convocatoria de elecciones que cada vez parece alejarse más en el tiempo.
Así lo verbalizó de forma explícita el secretario general de UDC, Ramon Espadaler, quien acusó a la formación republicana de haber protagonizado con los Presupuestos 2015 “el primer acto de una campaña electoral de unas elecciones no convocadas”, en lugar de hacer “un ejercicio de responsabilidad” hacia Catalunya. Más posibilista, el líder de CiU en el Parlament, Jordi Turull, agradeció el “gesto” de ERC de votar contra las enmiendas a la totalidad del resto de la oposición, reconociendo que este paso “favorece un clima de mayor serenidad, tranquilidad y confianza” de cara a las negociaciones sobre la hoja de ruta a seguir para alcanzar la independencia.
Eso sí, Turull mostró reparos a la posibilidad de aprobar una prórroga presupuestaria en lugar de las Cuentas, tal y como piden los republicanos. Y es que, pese a la decisión adoptada ayer, ERC aún debe desvelar si permite que los Presupuestos sigan el trámite parlamentario aliándose con CiU en contra de las enmiendas a la totalidad del resto de grupos, o si bien se abstienen, lo que supondría que CiU necesitaría que otro grupo retirara su enmienda y también se abstuviera.
Es decir, si ERC no apoya a CiU, el Parlament devolvería las Cuentas al Govern, que debería rehacerlas, mientras que si los republicanos se uniesen a los nacionalistas y rechazasen las enmiendas a la totalidad, los Presupuestos seguirían tramitándose pero sin tener garantizado el apoyo del partido de Junqueras a su aprobación definitiva.
“Moneda de cambio” En lo que al resto de formaciones se refiere, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, auguró que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, será una “marioneta en manos de ERC” hasta que se aprueben las Cuentas del año que viene. Desde el PSC, su portavoz Esther Niubó lamentó que ERC “utilice” los presupuestos como “moneda de cambio” para negociar unas posibles elecciones anticipadas de carácter plebiscitario, y Albert Rivera (Ciutadans) denunció la existencia de un “pacto oculto” entre Mas y Junqueras.