Desde que Artur Mas lanzó su hoja de ruta en el proceso soberanista, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) se posicionó del lado del president aunque abierta a fórmulas transversales. Es más, la oferta alternativa de Oriol Junqueras no colmó las expectativas de la entidad civil que preside Carme Forcadell, o al menos es lo que dejó entrever la imagen de la dirigente de la ANC debatiendo acaloradamente con la número dos de ERC, Marta Rovira, aunque ayer negara que la discusión obedeciera a la conferencia del líder republicano. “Hablábamos de cosas futuras”, señaló pese a las gesticulaciones que lo decían todo. Tampoco a Mas le llenó la disertación de su socio de viaje. “Yo aplaudo por educación, pero hago enmienda a la totalidad”, musitó al término del acto a Rovira. Por de pronto, y aunque en la agenda del jefe del Govern figura abrir una ronda de contactos con los partidos proclives al derecho a decidir, Junqueras quiere acortar los plazos y le solicitó ayer, a eso de las 11.00 horas y vía sms, una reunión para llegar a un acuerdo que permita la candidatura de unidad en unas eventuales elecciones anticipadas.

Ni la ANC ni Òmnium Cultural tiran la toalla en su aspiración de que CiU y ERC se pongan de acuerdo porque “el camino no es tan diferente”. “Se complementan [las propuestas] y encontrarán los puntos en común”, recalcó la presidenta de esta segunda entidad, Muriel Casals. Forcadell ahondó en que “la única solución” pasa por una entente que posibilite una lista “lo más transversal posible”, reclamándole a Junqueras concreciones en los plazos y en las políticas de un gobierno de concentración. “Estamos esperanzados en que habrá acuerdo, porque no hay ninguna otra solución, y todos somos conscientes del momento trascendente que vivimos”, valoró Forcadell, partidaria de una lista con el lema Ara és l’hora pero que, desde luego, conectó mucho más con la disertación y senda que puso Mas encima de la mesa.

Apoyos a Mas A su vez, el coordinador del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, Joan Rigol, confía en que ambos planteamientos vayan “convergiendo” ya que “lo importante es encontrar un punto de diálogo”, aunque subrayó la necesidad de apoyar a Mas. Paralelamente, el portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Pere Macias, destacó que su partido ha “tomado nota” del plan lanzado por Junqueras, si bien su deseo es aglutinar voluntades en torno a Mas. “Las diferencias son grandes pero no deben ser insalvables”, puntualizó el presidente del grupo parlamentario de CiU, Jordi Turull.

Desde el sector españolista, el PP catalán consideró que la conferencia del líder republicano fue una demostración más de cómo Mas y Junqueras se dedican a “marear la perdiz” para hablar solo de la independencia y “tapar” la corrupción y la deuda de la Generalitat. Según su portavoz, Enric Millo, el discurso del líder de ERC evidenció una aparente contradicción: una “lucha feroz” por abanderar el proceso y, a la vez, el objetivo de “salvar a Mas como aliado” porque les está ayudando a insistir en la secesión. “Solo maquinan para perpetuarse en el poder”, denunció. El PSC opinó que Junqueras quiso desmarcarse “de los recortes del Govern y de los casos de corrupción que salpican a CiU”, mientras que Ciutadans vaticinó que no habrá acuerdo.