madrid - En la mayor parte de los parlamentos europeos y de Estados Unidos existen partidas específicas para los gastos de los diputados y senadores en viajes, aunque su control varía notablemente de unos países a otros.

En Italia, desde enero de 2011, los parlamentarios reciben, incluido en su sueldo, un importe fijo mensual de 1.650 euros que pueden dedicar a los viajes, sin tener que presentar justificantes de los gastos como antes. En cambio, los diputados de Alemania disponen de un abono anual que les permite viajar gratis en tren.

Los viajes que realizan entre su circunscripción y Berlín los tienen que sufragar de una partida especial que perciben, 4.204 euros netos al mes destinados también a pagar una vivienda en la capital y los costes de una oficina en su circunscripción.

Si en el ejercicio de su mandato los diputados deben tomar un avión o un medio de transporte especial, como un coche-cama, el Parlamento se hace cargo del coste siempre que esté debidamente justificado.

Desde 1990, además, el Bundestag publica al final de cada periodo legislativo un informe sobre los viajes al extranjero de los diputados, habitualmente como parte de una delegación parlamentaria. La Cámara se hace cargo del coste de estos viajes y quienes participan en ellos están obligados al final a presentar un informe.

En el Reino Unido, los diputados tienen una tarjeta de crédito especial de la Cámara de los Comunes para pagar sus gastos de transporte relacionados con sus actividades como parlamentarios. Esta tarjeta, que no puede ser utilizada para algo que no esté vinculado al trabajo, cubre los gastos de tren, avión, transbordador o estacionamiento del automóvil. Los viajes que se realizan en el vehículo personal son reembolsados calculando los kilómetros realizados. En caso de que no utilice la tarjeta debidamente, el diputado se arriesga a perderla o se le descontará el gasto del sueldo.

En Irlanda, cada diputado, cuyo salario ronda los 90.000 euros anuales, tiene una asignación anual para viajes y alojamiento que varia según la distancia existente entre su circunscripción y la capital. Aunque no están obligados a presentar recibos, sí deben dejar constancia a través de un sistema de fichaje electrónico.

En Francia, los diputados disponen de una tarjeta que les permite viajar sin pagar en primera clase en toda la red ferroviaria pública. En Suecia, tienen derecho a un bono anual para viajar gratis en tren o una tarjeta similar para transporte aéreo dentro del país, que sólo pueden usar para desplazamientos relacionados con su actividad parlamentaria. - Efe