GASTEIZ - La ponencia parlamentaria que busca un nuevo estatus de autogobierno para Euskadi sigue recabando testimonios de expertos antes de entrar en harina y comenzar a perfilar el posible articulado del nuevo marco, una fase que arrancará tras las elecciones municipales y forales de mayo. Dentro de esas comparecencias, los partidos abogaron por escuchar las voces de los exlehendakaris José Antonio Ardanza, Juan José Ibarretxe y Patxi López, quienes conocerían de primera mano las fortalezas y debilidades del autogobierno. Carlos Garaikoetxea no comparecerá porque ya intervino en la comisión de autogobierno de la década pasada. Ayer le tocó el turno a Ardanza, lehendakari entre 1985 y 1999, época en la que Lakua denunció el intento de uniformizar el autogobierno y poner a todas las comunidades autónomas al mismo nivel tras el intento de golpe de Estado de 1981. Durante su mandato, apostó por el pacto entre diferentes y suscribió pactos de legislatura y también gobiernos de coalición con el PSE. Con ese bagaje, apostó ayer por lograr un “nuevo acuerdo por la convivencia”, y ve margen para ello porque la Constitución española recoge los derechos históricos vascos, y porque el Estatuto de Gernika matiza que su aprobación no supone renunciar a los derechos que pudieran corresponder a los vascos. En cuanto al método, abogó por el “pacto entre diferentes”, y no por el juego de mayorías y minorías.

Ardanza fundamentó su apuesta por el acuerdo transversal en razones de convivencia para evitar un choque de identidades en Euskadi, pero también esgrimió razones prácticas por la necesidad de que el Estado respete el nuevo marco viendo que se basa en un acuerdo sólido entre vascos. Por un lado, recordó que “este país es dual”, ya que algunos vascos sienten que su patria es Euskadi, y otros se ven más vinculados a España, una dicotomía que, a su juicio, no va a cambiar. Por ello, opinó que la solución no pasará por que una visión se imponga sobre otra. “Sin pacto, no habrá solución”, zanjó. Por otro lado, avisó de que, si se recurre a las mayorías, puede plantearse un choque de legitimidades entre Euskadi y España, entre la mayoría vasca y la mayoría de ciudadanos españoles en todo el Estado que pueda invocar el Gobierno de Madrid. “¿Es la mayoría vasca la que decide sobre la minoría vasca? ¿Es la Constitución la que va a decidir, apelando a que la soberanía reside en el pueblo español?”, se preguntó.

Ardanza tiene claro que, para él, la soberanía vasca reside en el pueblo vasco, por lo que no le pueden pedir que acepte que una soberanía “ajena” se imponga a la suya, y pidió un pacto entre diferentes. En concreto, propuso buscar primero un entendimiento interno entre vascos, y llevarlo después al Estado, pero pidiendo que lo respete para que no sea sometido al cepillado que ya sufrió el Estatut catalán. La postura de Ardanza coincide con la lectura del PNV, que no busca un pacto solo entre abertzales, sino que aboga por forjar un consenso incluso más amplio que el del Estatuto de Gernika, que no fue apoyado por Herri Batasuna ni por Alianza Popular. La búsqueda de acuerdos amplios no sería una cuestión meramente estética sino que, atrayéndose a alguna fuerza constitucionalista, el texto tendría más opciones de ser respetado por el Estado y refrendado en su caso por el Congreso.

Otros escenarios En cualquier caso, Ardanza avisó de que, “por mucha ley y mucha Constitución que se impongan, no se logrará que quienes así lo sienten renuncien a Euskadi como su patria”. El exlehendakari aclaró que en su intervención de ayer estaba defendiendo “cómo podemos convivir”, pero advirtió de que la situación podría empeorar: “Si a partir de ahí no podemos convivir porque alguien quiere imponer o impedir, entonces es cuando las circunstancias se van a agravar”. El próximo lehendakari ohia en comparecer será López, el 10 de diciembre.