“Llamo a participar el 9-N en defensa del país”. Artur Mas llamó ayer a los catalanes a tomar parte el próximo domingo en el proceso participativo, sin temor a las “amenazas y posibles consecuencias”, frente al muro levantado por el Gobierno de Mariano Rajoy, a quien el president reclamará, a través de una carta, el 10 de noviembre que se siente a negociar la relación de 23 puntos que le trasladó en su anterior reunión, amén de pedirle la celebración de un referendo “a la británica o canadiense”. En el discurso ofrecido ayer en el Fórum Europa, el jefe del Govern presumió de “mayorías amplias, civismo ejemplar, pulcritud democrática y respeto legal” en toda la andadura que abandera él en el último bienio frente a la “gran ignorancia” del Estado español respecto a lo que acontece en Catalunya. “Ha existido mucho desconocimiento, menosprecio, ignorancia a la diferencia y algún episodio de malas artes”, resumió el líder de CiU, que reprochó “la enorme incapacidad política” del Ejecutivo de Madrid.
“Hago un llamamiento a la población a que nadie tenga miedo, hacemos lo que nos toca hacer, lo que hemos de hacer, en legítima defensa de un pueblo entero. El derecho de participación, libertad ideológica y de expresión nos une a todos. Llamo a que todo el mundo participe el 9-N defendiendo su posición personal y sabiendo que con su participación defiende a un país entero independientemente de su ideología”, argumentó Mas para justificar que la Generalitat mantiene el proceso soberanista en defensa de las libertades fundamentales. Mientras se despeja el escenario de unas posibles elecciones plebiscitarias, con o sin lista unitaria, el president escribirá una misiva a Rajoy donde hará “un balance” de lo que ocurra el día 9 y para ofrecer de nuevo un puente de diálogo, que incluye el referendo definitivo. A su juicio, el Gobierno del PP debería hacer “lo que hacen los estados maduros”, es decir, “sentarse en la mesa, negociar y llegar a acuerdos”, pero “con mentalidad del siglo XXI”, atendiendo a la voluntad de una parte significativa de los ciudadanos. “No le llamaré [a Rajoy] porque si no, luego te dicen que no lo has hecho”, apostilló.
Defendió Mas que lo previsto ya no es un referendo y, por tanto, no será uno encubierto - en el que incluso no habrá votos nulos y en el que el censo será destruido tras ser conformado en el momento de la votación-, pero sí “un proceso que intenta conocer la opinión de la gente, que nos interesa a todos”. “¿Cómo se pueden liderar los proyectos políticos sin que tengan la aceptación de la población?”, se preguntó el president, para quien vuelve a haber un choque entre “una mentalidad avanzada, la catalana, con una mentalidad que no acierta a acoplarse a los nuevos tiempos”. Respecto al sprint hacia el 9-N, el convergente demandó calma y serenidad ya que “perderlas sería un gran error” cuando se trata de una “manera de hacer las cosas que constituye un enorme patrimonio colectivo”. Mas incidió en que “no vamos contra nadie” y que la voluntad es “perfilar un proyecto propio”, el proyecto de la “convivencia”, un concepto esencial tanto esta semana como en años venideros.
“Ya no es problema de independencia sí o no, sino de defender derechos fundamentales”, recalcó el Jefe del Govern, quien tras la suspensión de la consulta inicial por parte del TC lanzó una nueva propuesta pese al coste político que supone: el fin del acuerdo de gobernabilidad con ERC. “Ha dejado de existir”, certificó, de manera que su Ejecutivo “se ha quedado en minoría” y “un gobierno no se queda en minoría si no es para algo grande”. Con esa actitud ilustró el coraje de su Gabinete con el proceso, que incluye que la opción de que los Presupuestos no tengan asegurada su aprobación. “Arriesgamos mucho y se la juega mucho el Govern”, afirmó, pero al tiempo presumió de un “activo político”: la unión de todas las formaciones pro consulta a favor del proceso participativo. “Todos los que estábamos seguimos estando, y este activo tiene más valor que el coste político”, suscribió Mas.
cdc: “habrá urnas” En este escenario, Convergència tiene claro que el domingo habrá urnas en los locales dispuestos para votar. Según el coordinador general de CDC, Josep Rull, “la época de las amenazas ya ha pasado y se equivocan si se creen que a golpe de recurso de inconstitucionalidad podrán parar este proceso”, señaló en la campaña Maratón 9-N que organiza Òmnium y que consiste en hacer llamadas a ciudadanos para pedirles que tomen parte en el referendo alternativo pese a la suspensión cautelar del Constitucional. “No haremos un acto de transgresión ni de insumisión, sino de normalidad y de dignidad democrática”, dijo Rull, para quien “las urnas van a estar”, algo de lo que llegó a dudar la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega.
Paralelamente, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró que la Generalitat no puede “mantener viva” la web del 9-N ni abrir locales para la consulta alternativa, pero admitió que sí que pueden hacerlo entidades privadas, puesto que la decisión del Constitucional solo afecta a los poderes públicos.