estambul/beirut - Los graves disturbios de la pasada noche en Turquía, en los que murieron 19 personas, han dejado el recuerdo a las épocas de la última dictadura, cuando los militares se hicieron con el control del país para poner fin a los continuos enfrentamientos entre activistas de derecha e izquierda. Aunque los toques de queda en seis provincias, entre ellos en Diyarbakir, la capital turco-kurda, redujeron al mínimo las protestas ayer, en otros lugares seguía habiendo protestas y enfrentamientos entre kurdos de izquierdas e islamistas radicales.
La Policía turca dispersó con gas lacrimógeno y cañones de agua a presión concentraciones en dos barrios de Diyarbakir y la situación sigue tensa, en espera de posibles manifestaciones a lo largo de la noche. Además, al mediodía de ayer, un disparo acabó con la vida de un joven en Siirt, en el sureste del país, donde también continuaban los disturbios, informó el diario Hürriyet.
Es la víctima más reciente de un conflicto que arrancó la noche del lunes, con protestas por la pasividad del Gobierno turco ante el asedio yihadista a la ciudad kurda de Kobani, en el norte de Siria, al otro lado de la frontera. Los activistas kurdos reprochan a las autoridades turcas permitir el flujo de militantes y armas para el grupo Estado Islámico (EI) al tiempo que mantienen sellada la frontera para impedir la llegada de ayuda humanitaria a la población o municiones a las milicias sirio-kurdas que defienden Kobani.
Pese a declararse parte de la coalición internacional contra el EI, Turquía no ha actuado contra el avance de los yihadistas, fácilmente identificables a cientos de metros de la frontera. Tras un llamamiento a la “movilización general” del partido prokurdo HDP, el cuarto del Parlamento turco, se registraron a partir del lunes protestas en numerosas ciudades de Turquía.
El martes estas concentraciones se tornaron violentas, con la construcción de barricadas, la quema de autobuses y una amplia intervención de los cuerpos policiales turcos. Pero excepto a un joven fallecido el lunes en la provincia de Mus por el impacto de un bote de gas disparado por los agentes, todas las víctimas se deben a enfrentamientos, casi todos con armas de fuego, entre kurdos de izquierdas e islamistas radicales. Estos últimos suelen ser simpatizantes del grupo integrista Hüda-Par, creado en 2012 como una refundación de la red islamista y terrorista turca Hizbullah (sin relación con la milicia libanesa homónima), que en la década de 1990 asesinaba a simpatizantes del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda-turca.
Los enfrentamientos más intensos tuvieron lugar en Diyarbakir, donde fallecieron 10 personas. Fuentes locales informaron de que seis de estas víctimas podrían ser miembros del Hüda-Par y tres simpatizantes del PKK, mientras que el décimo sería un ciudadano no involucrado.
Tanto en Diyarbakir como en un barrio de Estambul, las patrullas policiales fueron reforzadas ayer con unidades militares que controlan los puntos estratégicos con vehículos-oruga blindados, en una imagen muy poco acostumbrada en la última década en Turquía.
También el extenso toque de queda, que en Diyarbakir durará hasta hoy, jueves, y en otros municipios “hasta nueva orden”, es algo que recuerda a épocas de dictadura militar, destacaron algunos medios de comunicación turcos ayer. A esto se añaden rumores, según los que miembros del Hüda-Par han secuestrado a simpatizantes del PKK para luego entregarlos a la Policía, relanzando especulaciones sobre una colaboración secreta entre islamistas radicales y fuerzas del orden.
Estas sospechas se unen a la convicción de que ya el Hizbullah de la década de 1990, declarado terrorista, cometía secuestros, torturas y asesinatos por encargo de los servicios secretos.
Altos cargos del PKK vienen advirtiendo de que suspenderán las negociaciones de paz con el Gobierno, iniciadas a finales de 2012, si Turquía permite que la asediada Kobani caiga en manos yihadistas. Con la actual tensión social, el proceso de paz está más frágil que nunca y es dudoso si el PKK mantendrá el alto el fuego en vigor desde marzo de 2013.
El EI se estanca en Kobani Los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) han perdido terreno dentro de la ciudad siria de Kobani, donde los milicianos kurdos resisten ferozmente, apoyados por los aviones de la coalición internacional que ayer lanzó varios ataques. El portavoz de las Unidades de Protección del Pueblo kurdo, Ridor Jalil, dijo por teléfono que la situación ha cambiado en las últimas veinticuatro horas, ya que el avance de los yihadistas se ha frenado, e incluso han retrocedido.
Actualmente, los enfrentamientos entre ambos bandos se centran por el este en la zona industrial y el hospital de la localidad, y en distintos barrios del sur. El lunes, el EI irrumpió dentro de Kobani por primera vez desde el inicio de su ofensiva el 16 de septiembre contra este enclave kurdo sirio, en la frontera con Turquía.
Tras su entrada, la coalición internacional intensificó los bombardeos contra posiciones de los radicales dentro y fuera de la población.
Jalil señaló que los aviones internacionales tuvieron ayer como blanco lugares donde se concentraban combatientes del EI y sus carros de combate en el este y el sur de Kobani.
Según sus propias cifras, al menos unos ochenta extremistas habrían muerto en los dos últimos días por los ataques de la coalición, aunque el Observatorio Sirio de Derechos Humanos rebajó ese saldo de víctimas mortales a 45.
Pese a los bombardeos, Jalil advirtió de que los yihadistas todavía son superiores a los kurdos -que poseen armamento menos sofisticado- ya que no todos sus tanques han sido destruidos y tienen armas pesadas.
En las afueras de Kobani, los radicales han comenzado a usar motocicletas para trasladarse y evitar ser objetivo de ataques aéreos, pero dentro de la urbe mantienen sus vehículos blindados, “que les hace ser superiores”.
Según el Observatorio, los miembros del EI emplean también todoterrenos de fabricación estadounidense, que han arrebatado al Ejército iraquí y que han transportado al territorio sirio. Jalil destacó que son cientos los milicianos kurdos que defienden Kobani, con el apoyo de algunas brigadas del Ejército Libre Sirio.