barcelona - El sentimiento independentista alcanza límites históricos en el Estado español al calor del desafío catalán. El porcentaje de ciudadanos que defienden un modelo territorial donde las diferentes comunidades tengan derecho a decidir si optan por la secesión superó el pasado mes de septiembre la barrera del 11% (11,1%), la cota más alta registrada en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Aunque el último barómetro subraya que son mayoría los partidarios de dejar el Estado de las Autonomías tal y como está (33,5%) y que el 19,5% aspira al centralismo puro y duro, hay un 12,5% que reclama incrementar las competencias y la tendencia es clara hacia posiciones proclives a gozar de un estatus propio.
Este sondeo se hizo público justo el día en que el Govern reculó en sus intenciones de poner una fecha límite para saber a ciencia cierta si será posible realizar la consulta soberanista en las mejores condiciones democráticas posibles, y con ERC rebajando el diapasón de su enfurecimiento con el Ejecutivo catalán y, en concreto, con las palabras de su portavoz, Francesc Homs, que había fijado el 15 de octubre como jornada clave en este proceso.
El conseller de Presidencia aseguró ayer que el referendo no vinculante “es viable” y que se hará el 9 de noviembre. “No hay deadline desde este punto de vista”, zanjó tras el Consell Executiu que mantuvo el Gabinete de Artur Mas, que persiste en los preparativos “sorteando” los “obstáculos” de Madrid, y en este sentido añadió que se ampliarán los plazos de solicitudes para entrar en el registro de votación. De hecho, la Generalitat ha decidido trasladar al Gobierno del PP y al Tribunal Constitucional (TC) cuatro cajas con las mociones que más de 900 ayuntamientos catalanes acordaron a favor de la eventual consulta para visualizar el apoyo municipal. Así, las dos instituciones podrán comprobar “con sus ojos” que el “volumen” de las no es “baladí” ni “menospreciable”, reseñó Homs.
En este contexto, acusó al Ejecutivo de Rajoy de querer poner a los funcionarios “en medio de un debate que es político” tras las declaraciones y actitudes de la delegada del Gobierno en Catalunya, María de los Llanos de Luna, y del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Y es que el Govern está irritado con la acción de la primera, quien remitió una carta en la que recuerda a los consistorios que no pueden llevar a cabo ninguna acción para preparar el 9-N, una misiva que llega apenas un par de días después de que más de 800 ayuntamientos demostraran su férreo apoyo a Mas y su compromiso con el derecho a decidir. Sin ir más lejos, el propio presidente de la Associació Catalana de Municipis (ACM), Miquel Buch, reprochó “el tono amenazador y de imposición” de la delegada gubernamental.
Entre tanto, ERC negó un distanciamiento con el Gabinete de Mas y enfrió la crispación que le suscitó escuchar que podría haber lo que catalogó como una “fecha de defunción” de la consulta. Al contrario que su compañera Anna Simó, el portavoz parlamentario Alfred Bosch entiende que el dirigente convergente se refirió a una serie de plazos en los que las preparaciones técnicas para la celebración del referendo debían estar “cumplimentadas y preparadas”. “Técnicamente es cierto que hay una serie de cosas que hay que prepararlas con tiempo para que la consulta se pueda celebrar y en eso estamos de acuerdo”, insistió Bosch, antes de apuntar que ya se está preparando el voto para los extranjeros o para los residentes fuera de Catalunya, así como de mostrarse “convencido” de que el próximo 9-N el pueblo catalán acudirá a las urnas. Por ello, aclaró que la única disensión de enjundia que mantiene ERC no es con la Generalitat sino con Madrid, a quien pidió “por enésima vez” que se comporte como “un auténtico demócrata” y “que emule a David Cameron” con el fin de que los catalanes no sean “ni más ni menos que los escoceses”.
la cup desea a erc en el govern De cara a zanjar cualquier polémica, Homs prefirió quedarse con las “coincidencias” que comparten con la formación de Oriol Junqueras, a quien ayer la CUP solicitó que entre a formar parte del Govern para “asegurar y redoblar los esfuerzos” para que, desde dentro del Ejecutivo, sea posible verificar que habrá consulta. Su diputado Quim Arrufat reveló que este deseo fue trasladado en la reunión en la cumbre del pasado viernes entre las fuerzas soberanistas al estimar que, “dada la excepcionalidad del momento, es indispensable” que ERC forme dupla con CiU como “garantía” de éxito del 9-N. “Todos los esfuerzos son pocos y este es un paso clave y determinante”, afirmó el político independentista, quien puntualizó que no se trata de recelo hacia el partido del gobierno “sino ganar confianza” en el proceso. Respecto a la cita de donde salió una fotografía de unidad, con sus matices, Arrufat explicó que a la CUP le sorprendió “la franqueza y honestidad de Mas”, elogiando que “por primera vez el Govern nos indicó lo que puede hacer y lo que quiere hacer”.
Con todo, las fuerzas proconsulta mantienen el secretismo sobre cuáles pueden ser los siguientes pasos, achacándolo a no querer “dar pistas” a Madrid, aunque avanzan las hojas del calendario y todo es incierto.