VITORIA - La gestión del nuevo tiempo sin ETA se ha sumido en cierto letargo, y en las últimas semanas no han trascendido movimientos relevantes sobre el desarme o la política penitenciaria. El Gobierno español pide a los presos que pidan perdón o que la organización armada se disuelva si quieren ser acercados a cárceles vascas, mientras los reclusos rechazan esa petición de disculpas. Salvo que los tribunales españoles den la razón a los presos, las peticiones de acercamiento parecen abocadas a un largo periplo hasta llegar a Estrasburgo. Los verificadores del desarme liderados por Ram Manikkalingam tampoco han hecho pública ninguna novedad, además de que para pasar del sellado de los zulos al desarme efectivo sería necesaria cierta cobertura logística del Gobierno español para transportar los explosivos, y Madrid huye de cualquier gestión que pueda trasladar una imagen de negociación. En el Parlamento Vasco, la Ponencia de Paz sigue congelada desde que la abandonara el PSE y desde que PNV y EH Bildu decidieran dejarla en impasse a la espera de mayores adhesiones. Aunque en el ámbito del Plan de Paz el Gobierno Vasco sigue activando programas -como hizo hace diez días el lehendakari firmando un convenio con el Consejo de Juventud-, impera la sensación de bloqueo. Además, esa falta de movimientos podría perpetuarse, teniendo en cuenta que el Estado se asoma a un ciclo electoral que reprimirá cualquier movimiento arriesgado de los partidos. En 2015 se celebrarán los comicios municipales y forales, las autonómicas -salvo en la CAV- y las generales. En 2016 llegarán las elecciones al Parlamento Vasco. En distintos ámbitos comienza a cundir la sensación de que, si hay que hacer algo para desbloquear el proceso, lo mejor será hacerlo en los próximos seis meses, antes de que arranque 2015, porque en periodo electoral será muy complicado. En ese contexto, el Gobierno Vasco se propone realizar "un esfuerzo especial" entre septiembre y diciembre para desbloquear la Ponencia de Paz.
Ese foro parlamentario quedó paralizado a mediados de septiembre, después de que el PSE lo abandonara por la negativa de EH Bildu a asumir el suelo ético pactado la pasada legislatura. El socialismo pedía a la izquierda abertzale que avanzara en la deslegitimación de ETA. Tras su descuelgue, PNV y EH Bildu no disolvieron la ponencia, pero sí la dejaron en estado de espera. El PP nunca llegó a sumarse en la presente legislatura, pero los jeltzales también han pedido que se incorpore a los trabajos para ensanchar el consenso. Según ha podido saber DNA, Lakua aspira a sentar a los partidos para estudiar las opciones, confiando en que pueda reactivarse la ponencia más pronto que tarde. Sin embargo, las dificultades son patentes y muchos factores escapan a su control.
Por un lado, está por ver cómo se resuelven los procesos de renovación del PSOE y del PSE, y qué línea política asumen en relación con la paz. Lo que no cabe esperar es que se involucren en gestiones antes de que entre la nueva dirección. Lo contrario supondría hipotecar la acción de quien tome el relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba y Patxi López, además de que el partido tiene sus cinco sentidos puestos en la renovación y no en otras cuestiones. En determinados ámbitos se apunta que Rodolfo Ares se ha convertido en el interlocutor del PSE en materia de paz, y creen que sus posiciones son conservadoras en ese campo, o incluso aprecian cierto retroceso en sus declaraciones. Cuando los socialistas de la CAV renueven su ejecutiva en el congreso de septiembre, el panorama podría clarificarse. Es a partir de ese mes cuando Lakua, además, pretende revitalizar los contactos, un momento que podría resultar oportuno a la vista del calendario socialista. Salvo que la nueva ejecutiva añada algún matiz a su discurso, el PSE condiciona su retorno a que EH Bildu asuma el suelo ético, si bien no cabe descartar que un paso de calado en el desarme pudiera desengrasar las relaciones entre los partidos.
Más complicado podría resultar atraer al PP, aunque la formación de Arantza Quiroga ya ha dejado ver en las últimas jornadas su intención de virar hacia posiciones más vasquistas y de centro. Se ha opuesto en bloque a la reapertura de Garoña por primera vez en una votación en el Parlamento Vasco, y la semana pasada apoyó sin pegas dos iniciativas sobre memoria histórica. No obstante, la presidenta de la formación ha descartado giros copernicanos, y seguramente esperará a ver un gesto relevante en EH Bildu o ETA antes de considerar su presencia en la ponencia.
bloqueo Por el momento, no se avista ningún pronunciamiento por parte de la izquierda abertzale o de la organización armada que pueda desatascar la situación, aunque en el juicio de París Igor Suberbiola reconociera la necesidad de reparar "el dolor causado por el conflicto", una declaración que ha pasado inadvertido para los partidos, salvo para Sortu. Las formaciones siguen pidiendo una valoración crítica específica sobre la trayectoria de ETA, y no sobre el conflicto. Por el momento, en agenda solo aparecen los encuentros del Foro Social de Lokarri y Bake Bidea previstos para el viernes y el sábado en Iruñea y Bilbao, además de la manifestación celebrada anteayer en Baiona.
A pesar de que esté asumido que los pasos que haya que dar deberán darse en estos seis meses o será harto complicado en periodo electoral, la ponencia sigue marcada por el bloqueo. Al igual que la pescadilla que se muerde la cola, PSE y PP ven imprescindible que la izquierda abertzale realice una lectura autocrítica del pasado, aunque un movimiento decisivo en el desarme también podría limar recelos; mientras EH Bildu, por su parte, no asume en propias carnes el suelo ético. Los partidos siguen enfrascados en el análisis sobre quién debe dar un paso antes.
Por otro lado, el primer gesto de desarme dejó un poso agridulce en las formaciones y parece haber desinflado el debate. Partidos como el PNV vieron un paso relevante desde el punto de vista cualitativo aunque la muestra de armas no fuera impactante, pero la discusión sobre la paz parece haber perdido fuelle y, salvo en la campaña de EH Bildu, no tuvo demasiada presencia en las elecciones europeas.
El foro. La ponencia nació durante el mandato de Patxi López y fue retomada por PNV y PSE en la presente legislatura de Iñigo Urkullu. Cuenta con el apoyo de EH Bildu, mientras el PP no se ha sumado.
Desmarque del PSE. Desde que el socialismo abandonara la ponencia en septiembre lamentando que EH Bildu no asuma el 'suelo ético', el foro parlamentario permanece en 'impasse'. Ese suelo fue aprobado en la legislatura de López y revalidado en marzo de 2013, y aboga por reconocer la responsabilidad de cada cual en el pasado y promover la memoria como "herramienta de deslegitimación del terrorismo". En algunos ámbitos se interpretó que el PSE se desmarcaba no por sus discrepancias con EH Bildu, sino porque aspiraba a liderar el PSOE y sentarse con la izquierda abertzale podría desgastarlo en Madrid. En cualquier caso, cuando se despeje el proceso de renovación del PSE y del PSOE, podría clarificarse el panorama en el Parlamento Vasco.