bilbao - Un día después, los organizadores de Gure Esku Dago saboreaban ayer el éxito de la cadena humana que reunió a 150.000 personas para unir los 123 kilómetros que separan Durango de Iruñea. Angel Oiarbide, que está en la génesis de Gure Esku Dago, valoraba lo que supuso la cita y la enseñanza que se desprende de la misma.
¿Qué valoración hacen de la cadena humana?
-La pasada semana, antes de que se realizara la cadena, ya dijimos que, pasara lo que pasara, para nosotros era ya un éxito. El domingo se vio lo que intuíamos, se visualizó la ilusión creada en torno a Gure Esku Dago en muchos pueblos de Euskal Herria. Nos han comentado desde pueblos que han logrado una movilización que no imaginaban. Por poner varios ejemplos, desde Getxo salieron 41 autobuses, en Ondarroa 20 autobuses, en Beasain se movilizaron más de mil personas. Es algo que lo hemos generado entre todos durante un año de trabajo. Es un éxito, pero un éxito de mucha gente y después de mucho trabajo.
¿Un éxito de Gure Esku Dago o un éxito de la ciudadanía que ha respondido a su llamamiento?
-Un éxito de los ciudadanos. La cadena ha sido la herramienta para articular una red ciudadana. Hacer una cadena que abarque 123 kilómetros supone un alto grado de compromiso que han tenido que hacer pueblo a pueblo. Y ese esfuerzo hecho en cada pueblo ha servido para colaborar en conjunto. Por eso, insisto en que el éxito es de las miles y miles de personas que han cogido ese compromiso. Y no solo participando en la cadena, sino en las dinámicas que se han generado en cada pueblo, donde en los debates han participado ciudadanos de diferentes sensibilidades.
Hay quienes dicen que son muchas más las miles de personas que no han secundado esta iniciativa. Que 150.000 personas son las que se podían juntar en una manifestación.
-Está claro que ante una misma realidad siempre hay puntos de vista diferentes y todo hay que relativizarlo. Lo de ayer [por el domingo] fue un ensayo que ha estado muy bien y del que nos tenemos que sentir orgullosos, pero considero que lo más importante es lo que se está generando pueblo a pueblo. Se está creando una cultura de política de acuerdos. En este país hemos sido profesionales en destacar lo que nos diferenciaba, resaltar aquello que nos separaba a unos y otros. En cambio, hemos estado ciegos ante las cosas que nos unen. A lo largo del trabajo realizado en este último año hemos visto que tenemos muchas cosas en común y que podemos caminar juntos. Hay que crear esos puentes en común y lo importante es el camino.
En la cadena participaron dirigentes políticos, pero lo hicieron a título individual tal como ustedes pidieron.
-Desde el primer momento dijimos que los partidos, como tal, no se tenían que posicionar. Lo que queríamos, y así lo pedimos, eran adhesiones personales y en este sentido tenemos que decir que lo han respetado de maravilla. Es cierto que en la última semana hubo dos partidos que han apoyado explícitamente la cadena -Ezker Batua y Podemos-, dos partidos que a nivel estatal son la tercera y cuarta fuerza. Si hay partidos que no se ven cómodos con el derecho a decidir, con el tiempo se darán cuenta de que esta reivindicación es transversal y que no va contra la estrategia de nadie, sino que reclama un derecho democrático.
¿La cadena ha sido un mensaje a los partidos?
-No queríamos mandar ningún mensaje a la clase política, porque no somos nadie para meternos en su estrategia. Nuestro trabajo está dirigido a la sociedad, que se sienta protagonista. Sin embargo, no tenemos ninguna duda de que seguro que toman nota y lo que piensa la ciudadanía se reflejará, antes o después, en el camino que tomen los partidos.
¿Entonces deben ser los partidos los que den cauce en las instituciones a las aspiraciones de la ciudadanía?
-Es el trabajo que hacen todos los días, deben estar escuchando lo que dice la ciudadanía. Lo mismo que lo hacen todos los días, estamos seguros que estarán atentos a lo que ha dicho el pueblo con esta cadena. Pero insisto en que nuestro mensaje no está dirigido a la clase política, sino a la responsabilidad de los ciudadanos para construir este país.
¿Y ahora qué?
-Gure Esku Dago tiene fecha de caducidad. Hace un año dijimos que íbamos a hacer este evento. Lo importante era que la ciudadanía cogiera esta actitud. En otoño nos juntaremos y recogeremos todo lo que se ha debatido en cada pueblo con distintas sensibilidades a lo largo de todos estos meses. Nos juntaremos para mirar hacia atrás, ver lo que hemos sido capaces de hacer en un año y mirar a futuro.