"La gente quiere un cambio y lo quiere ya, no se puede parar"

¿Esperaban unos resultados tan favorables?

-No se esperaban unos resultados tan favorables, pero sí que eran esperados, se preveían porque había un malestar en la sociedad y había una

enrome de indignación y que buscaba un cambio.

¿Han digerido el éxito?

-Tenemos que asimilarlo. Somos conscientes que han sido muchas las personas que nos han votado, que han puesto unas expectativas políticas y sociales sobre nosotros, pero queda mucho trabajo por delante.

Dicen los críticos musicales que sorprender con el primer disco no es tan difícil, que lo complicado es consolidarse. ¿Cómo afrontan el futuro?

-Algunos pueden pensar que es como un primer disco, que luego bajará como la espuma, pero creemos que siendo fuertes desde el principio es muy difícil que esto luego no sea fuerte. Esto no se puede parar. Esta fuerza es demasiada para que sea cosa de un día.

¿Qué lectura hacen del nuevo mapa político?

-La lectura que hacemos es que la gente quiere un cambio y lo quiere ya. Eso se ha visto en las urnas. Esto es el principio de algo que tenía que llegar.

Ha renunciado Rubalcaba, Patxi López... ¿Es el comienzo de lo que ustedes denominan acabar con la casta?

-Es un ejemplo de que los políticos se han dado cuenta de que lo estaban haciendo muy mal. Cuando se tiene miedo por haber hecho las cosas tan mal, uno tiende a esconderse o dejar de hacer lo que estaba haciendo. Espero que se den cuenta de que dimiten porque lo están haciendo muy mal. Si no cumples con tu trabajo, si la sociedad desconfía, lo normal es irse.

¿Cómo interpretan el desplome del bipartidismo?

-Es una satisfacción. Estamos trabajando en ello desde hace tiempo. Las política amigas de la troika y de las políticas que se alejan del concepto de humanidad han sido castigadas.

¿Creen que la irrupción de Podemos incomoda?

-La entrada de Podemos incómoda a la casta política. Incomoda mucho. Solo hay que ver cómo están reaccionando.

Propugnan un nuevo sistema, sin imposiciones de la troika, por ejemplo. ¿Cómo se construye eso?

-Haciendo una política diferente. Si no queremos imposición, ni las políticas económicas que nos están imponiendo tenemos recursos para hacerlo. La clave es sumar fuerzas.

Les acusan de que su discurso se sostiene sobre el populismo y la demagogia.

-Hace no mucho escuche que la demagogia es el concepto que se emplea cuando no se tienen recursos ni argumentos para contestar. Populismo, si se refiere popular y popular se refiera a pueblo, es algo que no nos insulta.

¿Son la respuesta al descontento de la ciudadanía con la clase dirigente?

-Sí. Un rotundo sí. La ciudadanía salió hace tres años a las calles para gritar en contra del sistema que nos imponía una políticas que nos oprimían, una política repleta de recortes. La respuesta a eso se ha visto en las urnas. Aquello era el despertar y ahora estamos irrumpiendo en la política. Podemos no lo hacemos políticos, Podemos lo hacemos gente de a pie que hacemos política. Queremos coger lo que nos pertenece y lo que nos estaban quitando desde el poder.

Del discurso a la realidad. ¿Cuáles son sus recetas para salir de la crisis?

-Tenemos una normativa que serviría para acabar con los paraísos fiscales. Abogamos por la transparencia, el poder de la gente y las ganas y la indignación que se transforma en cambio político. No vamos a recortar de Educación, no vamos a recortar de Sanidad, no vamos a recortar sobre aspectos que tengan que ver e la dignidad y derechos de la gente.

Los resultados en Euskadi y Catalunya son claros. Ganan los nacionalismos. ¿Entiende que debe haber una consulta para que los dos pueblos decidan?

-Nuestro programa recoge el derecho a decidir de los distintos pueblos de Europa. La ciudadanía tiene que tener derecho a decidir cómo quiere vivir.

Visto el éxito en la europeas, ¿propondrán listas electorales en todos los ayuntamientos?

-No hay ninguna decisión tomada. Eso es algo que se debe a debatir.