Javier Encinas
pamplona - Como era previsible, el PP fue ayer el partido más votado en Navarra. Sin la competencia de UPN y el apoyo implícito de su presidenta Barcina, los populares tenían despejado el camino al triunfo, pero sin embargo lograron una victoria agridulce, después de dejarse por el camino casi 23.000 votos con respecto a la convocatoria electoral de hace cinco años. Si entonces, la candidatura que llevó al navarro Pablo Zalba a Bruselas logró más de 76.000 votos, en esta ocasión pagó la generalizada política de recortes del Gobierno de Rajoy y el hartazgo social y bajó hasta los 53.000. El bipartidismo pierde peso en Navarra, arrastrado sobre todo por el pésimo resultado del PSOE.
En una jornada con un índice de participación superior en tres puntos porcentuales, la candidatura Los Pueblos Deciden liderada por EH Bildu se quedó a poco más de 10.000 votos del triunfo. La coalición abertzale supo movilizar a su electorado como lo prueba el hecho de que incrementó en más de cinco puntos los apoyos conseguidos en las generales de 2011, la primera vez que concurrió con EA y Aralar, al tiempo que se vio beneficiada de la ausencia de Geroa Bai.
Hace cinco años, en los comicios europeos, la antigua Batasuna, entonces ilegalizada, obtuvo 23.000 votos con Iniciativa Internacionalista, mientras que sus ahora socios rondaron los 14.000 con Europa de los Pueblos. Los casi 43.000 de ayer (el 20% del total) le catapultan hasta el segundo puesto, una posición que será difícil que se la arrebaten en las forales del próximo año.
LA DEBACLE Del psoe El gran derrotado de la jornada fue el PSN-PSOE. Estaba cantado que los socialistas sufrirían en esta cita con las urnas el veto que impuso Ferraz en febrero para impedir la moción de censura contra el Gobierno de Barcina, pero era difícil pronosticar que el golpe iba a ser de estas dimensiones. Más de la mitad de los ciudadanos que escogieron la papeleta de esta sigla en 2009 han huido de un partido que sigue en caída libre y del que todavía no se vislumbra dónde está su suelo.
Los 31.00 votos cosechados en esta ocasión son menos de la mitad de los obtenidos hace cinco años, un resultado desastroso para este partido, que ha dejado de ser alternativa en Navarra y que deberá replantearse su discurso, su estrategia, su sumisa relación con Madrid y su liderazgo interno.
Del descalabro socialista sale directamente beneficiado Izquierda-Ezkerra, que triplica el botín recibido en 2009, a pesar de haber tenido un competidor directo en Podemos, sin duda la gran revelación de la jornada.
En unas elecciones marcadas por el enorme descontento social, el discurso de I-E sin duda ha calado entre la ciudadanía. La coalición de Izquierda Unida y Batzarre reafirma su consolidación convertida en la cuarta lista más votada en la Comunidad Foral.
el espíritu del 15-m A muy poquita distancia de I-E y también por encima de los 20.000 votos, emerge Podemos. La plataforma ciudadana que ha popularizado el profesor Pablo Iglesias sale de su estreno en las urnas con una fortaleza que no se había advertido en ninguno de los sondeos. Esta formación, alejada al menos a día de hoy de la estructura y los modos de los partidos convencionales, ha sabido recoger el espíritu de descontento social que el movimiento 15-M reflejó en las calles como nadie y consigue un empate técnico con I-E.
Su recorrido de futuro ahora mismo es una incógnita, pero sus candidatos ya advirtieron durante la campaña que llegan "para quedarse y para cambiarlo radicalmente todo".
También crece, aunque no es capaz de tener un papel relevante, UPyD, que dobla su representación y se asoma a la puerta de acceso al Parlamento navarro. Pese a tener un mensaje antiforalista, seguramente recoge el fruto de su empeño en denunciar la corrupción y su papel beligerante contra la desaparición de Caja Navarra.
También mejora algo su resultado el PNV, un partido que en los últimos tiempos ha logrado mayor visibilidad por el trabajo que su presidente en Navarra, Manu Ayerdi, desarrolla en la Cámara foral.