Bilbao - ¿Los altos cargos se han tomado en serio el Código Ético?

-Es la impresión que tengo. Los que consultan a la comisión evidentemente se lo han tomado muy en serio. Creo que el grado de autoexigencia de los altos cargos de la Administración vasca es realmente ejemplar. Es cierto que con un solo caso que enturbie este panorama no podríamos darnos por satisfechos pero en general en las consultas que nos llegan se transmite una preocupación por que el ciudadano tenga una percepción de la Administración vasca como una administración honrada. Como se desprende de las consultas se puede ver que proceden de personas escrupulosas en el cumplimiento del propio deber y preocupadas por la ética pública.

¿El Código Ético y la propia minuciosidad de los cargos son vacuna suficiente para evitar que se cuelen actitudes sospechosas?

-Claro que puede escaparse algún caso. También es verdad que se le pone mucho más difícil porque cualquiera puede preguntar sobre un comportamiento sospechoso.

¿Las resoluciones de la comisión podrían generar una especie de doctrina ética sobre lo que se puede o no hacer como alto cargo?

-Estoy segura de que se genera esa doctrina. No es jurisprudencia porque no estamos hablando de legalidad, pero hemos establecido claramente, a lo largo de varias resoluciones, que por ejemplo, los cargos no deben cobrar por impartir cursos. Nuestra intención es generar una doctrina y que cada vez más el alto cargo sepa de antemano cuál va a ser nuestra respuesta.

¿Qué pretenden cuando hablan del "carácter profiláctico" de las resoluciones?

-Que queremos prevenir la conducta contraria a la ética antes de pueda llegar a producirse.

¿No temen que los altos cargos les vean maneras inquisitoriales?

-No, en absoluto, no me siento inquisidora. La inmensa mayoría de las consultas proceden de los propios interesados. Son ellos los que tienen la preocupación de que su conducta se adapte al Código Ético.

En el caso que terminó en cese dicen ustedes que no tuvieron más remedio que recomendarlo porque no tenían más alternativas. ¿Recomendarán al Gobierno que habilite medidas intermedias?

-En aquel caso nos planteamos hasta qué punto el cargo tuvo conciencia de la propia conducta o si la infracción pudo deberse a un dejarse ir al no habérselo planteado a tiempo. Nos parecía que la única respuesta fuera el cese reducía muchísimo nuestro campo de acción. Por eso creemos que sería bueno tener la posibilidad de adaptar la respuesta a la gravedad de la violación del código. Se podría introducir alguna nueva medida, como la separación temporal del cargo o la posibilidad de traslado.

¿Le ha sorprendido alguna cuestión que les han planteado?

-En general percibo en los cargos una gran preocupación por que nadie se quede con un solo euro del dinero público.