Barcelona - "Lo importante no es quién suba, sino el mensaje. Y creo que nuestra posición está muy clara". Con esta displicencia contestaba el pasado jueves Mariano Rajoy a los periodistas que le interrogaban sobre si subirá mañana a la tribuna de oradores en el Congreso de los Diputados para defender la postura del Gobierno español ante la petición del Parlament catalán de que delegue la competencia de convocar consultas populares. Aunque en teoría se trata de un asunto de menor relevancia que el que llevó en 2005 al entonces lehendakari Juan José Ibarretxe a la misma cámara, a la que presentó la propuesta de Estatuto Político aprobada por el Parlamento Vasco, el debate de mañana es un hito para Catalunya, pues se visualizará de manera solemne el portazo del Estado español al proceso soberanista catalán, que está refrendado por casi dos tercios de la Cámara catalana.

Y, como con Ibarretxe, Catalunya sabe que acude a la Carrera de San Jerónimo para recibir un sonoro portazo, que por otra parte entra en los planes de las formaciones soberanistas, pero que retratará la cerrazón de los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, ante la mera posibilidad de abrir cauces para dar salida a los anhelos expresados de manera mayoritaria por los catalanes. La votación de mañana se saldará, salvo sorpresa mayúscula, con 302 votos en contra (PP, PSOE, UPyD, UPN y Foro Asturias) del total de 350 escaños del Congreso. Apoyarán la petición el grupo de Izquierda Plural y todas las formaciones nacionalistas (PNV, Amaiur, ERC, BNG, Compromís, Nueva Canarias, y Geroa Bai), con la excepción del único diputado de Coalición Canarias, que se abstendrá.

la duda de Rajoy Así por tanto la única duda que queda es si será el propio Rajoy quien defenderá la postura del Gobierno español -el entonces José Luis Rodríguez Zapatero hizo lo propio ante Ibarretxe-, una vez despejado que el president de la Generalitat, Artur Mas, se evitará la humillación de ver tumbados in situ los argumentos catalanes, ya que no será él quien defienda la propuesta del Parlament. La explicación del Govern para la ausencia de Mas es que "el mensaje del pueblo catalán" en las últimas elecciones autonómicas fue el de "repartir protagonismos", por lo que "el protagonismo lo han de tener los parlamentarios"

La propuesta de delegar las competencias será defendida en el pleno del Congreso por la delegación enviada por el Parlament catalán, compuesta por Jordi Turull (CiU), Marta Rovira (ERC) y Joan Herrera (ICV). No estarán solos ese día la Cámara Baja. Casi la mitad de los parlamentarios catalanes acudirán como invitados al pleno, incluidos los representantes del PSC y del PP catalán, grupos contrarios a la delegación de transferencias.

¿Qué es lo que reclama en concreto el legislativo catalán? Que se le delegue, a través del artículo 150.2 de la Constitución que así lo permite, la competencia estatal para convocar referéndums, con el fin de organizar uno "sobre el futuro político" de Catalunya.

Programa del pleno El pleno, que tendrá carácter monográfico, podría prolongarse hasta casi la medianoche si se toma como referencia la sesión de 2005 que tumbó el plan Ibarretxe y que se duró casi ocho horas. La sesión plenaria se abrirá a las cuatro de la tarde con la lectura del escrito que registró hace unas semanas el Gobierno español en el que expone su criterio contrario a la propuesta del Parlament. En dicho texto se dice que Catalunya no puede decidir unilateralmente su futuro, -"solo se puede consultar lo que se va a decidir", explica- y que por tanto el referéndum es únicamente "especulativo". "Si Cataluña sola, de manera unilateral, no puede decidir jurídicamente su separación de España, tampoco lo puede técnicamente consultar", dictamina el Ejecutivo del PP. El encargado de hacer la lectura será el secretario primero de la Mesa del Congreso, un cargo que esta legislatura ocupa el popular Ignacio Gil-Lázaro.

A partir de ahí, la propuesta de delegar las competencias será presentada por la delegación enviada por el Parlament, compuesta por los tres representantes de CiU, ERC e ICV, que dispondrán cada uno de diez minutos para defender la propuesta. Tras ellos intervendrán los grupos parlamentarios de la oposición en el Congreso, de mayor a menor, con 20 minutos cada uno. Así, el primero en intervenir será el PSOE, cuyo secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya anunció su intención de tomar la palabra en el debate. Le seguirán CiU, y el diputado de ICV Joan Coscubiela, quien tomará la palabra usando el turno de Izquierda Plural. UPyD, PNV y el Grupo Mixto serán los siguientes en intervenir y cerrará este turno el Partido Popular.

Acto seguido, la delegación del Parlament tendrá quince minutos para responder y los grupos del Congreso, diez minutos cada uno. No se descarta que el presidente del Congreso, Jesús Posada, acabe habilitando un tercer turno. En todo ese programa hay que encajar la intervención del Gobierno español, que podrá intervenir en cualquier momento de la sesión.

Por ejemplo, cuando se presentó el plan Ibarretxe, el presidente Zapatero fue el primero en responder. Aunque Rajoy siga en su línea de no confirmar nada hasta última hora, todo apunta a que el presidente español tomará finalmente la palabra ya que la semana pasada comunicó al Senado que no acudirá a la sesión de control prevista ese mismo día en la Cámara Alta.

Bloqueo de PP y PSOE Sin margen para la sorpresa en la votación, la atención estará puesta en los argumentos que utilizarán todas las partes para justificar su posición. El PP no dará ningún margen para un acuerdo de calado sobre las aspiraciones soberanistas; si acaso se espera un guiño del Gobierno que aliente el diálogo sobre el problema de la financiación de Catalunya. Rajoy ya lo advirtió la semana pasada: "Lo que se pretende supone simplemente privar al conjunto de los españoles de un derecho tan fundamental como es el derecho de decidir lo que quieren que sea su propio país". "El pueblo español es quien decide lo que sea España", sentenció categórico el presidente español.

El PSOE piensa en el fondo lo mismo, y votará en consecuencia, también en contra de la propuesta catalana, pero tratará de dar un barniz más moderado a bloqueo haciendo una loa al diálogo y reivindicando una reforma de la Constitución en sentido federal.