barcelona. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio ayer un portazo a cualquier posibilidad de que en Cataluña se pueda celebrar una consulta, lo que recibió las críticas de los partidos soberanistas y del presidente catalán, Artur Mas, que mantuvo que "habrá consulta y será legal".
En un ambiente de euforia en las filas popular, Rajoy clausuró la Convención del PPC en el Palau de Congresos de Catalunya junto a la líder regional, Alicia Sánchez-Camacho, y acompañado de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y, entre otros, de los ministros Jorge Fernández Díaz, Cristóbal Montoro y José Manuel Soria.
Ante unos 1.500 asistentes, que corearon cánticos de apoyo a Rajoy, éste afirmó de forma tajante que, mientras él sea presidente del Gobierno, "ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España".
"Que quede claro", apostilló el jefe del Ejecutivo tras hacer esa promesa, para después insistir en que, "sencillamente", la ley no permite la consulta, y en que la soberanía es de todos los españoles y no de una sola parte.
En ningún momento mencionó Rajoy al presidente de la Generalitat, Artur Mas, aunque sí le dirigió, tanto a él como a los partidos soberanistas, varios mensajes. Pidió que "se respeten las reglas de convivencia", advirtió de que Cataluña no puede "equivocarse de camino" porque sus ciudadanos "no tienen la culpa de la pérdida de visión de algunos dirigentes" y aseguró que está dispuesto al diálogo pero para hablar de problemas reales y "desde el respeto a la ley". Y lamentó que haya quienes han decidido ya "todo unilateralmente", desde la consulta, a la fecha pasando por las preguntas. "Y si me apuran hasta la respuesta", apostilló.
Por su parte, la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, lamentó que a Mas le "falte el espíritu" del president Josep Tarradellas, con el que, a su juicio, no se habría producido el "disparate" del desafío soberanista.
En un escenario de enrocamiento político entre Rajoy y Mas, el presidente catalán aseguró que la consulta soberanista se celebrará y que Rajoy lo que hace ya es campaña por el 'no', lo que le lleva a pensar que "de facto" el PP acepta hacer la consulta. "Nosotros querríamos que esta consulta fuese acordada, como pasa con el Reino Unido y Escocia, dos gobiernos legítimos que ponen el tema sobre la mesa, negocian y llegan a un acuerdo para que se haga", dijo Mas.
críticas Desde las filas de su partido, Convergència, el secretario de organización, Josep Rull, calificó al PP y Rajoy de "débiles" por no saber manejar la situación que plantea Cataluña, frente a un británico David Cameron que demuestra "fortaleza" cuando acepta el reto de la consulta escocesa.
Por su parte, el portavoz del PSC en el Parlament, Maurici Lucena, aseguró que los socialistas catalanes están "sorprendidos muy negativamente" por el discurso de Rajoy, ya que creen que el presidente del Gobierno "está demostrando incapacidad de ofrecer alguna solución".
En paralelo, la presidenta de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, acusó a Rajoy de "no liderar el proyecto común" de España ante el "gravísimo" conflicto de Cataluña y ha apelado al "diálogo" ante el "choque de trenes".
El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Alfred Bosch, acusó por su lado al PP de hacer "un akelarre del miedo en Barcelona, en contra de la democracia".
En su Consell Nacional, el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera, se limitó a apostar por "sumar" a las organizaciones de izquierdas para construir una alternativa ante "la derecha salvaje de Mas y Rajoy".
Para el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, el problema de Cataluña y España "no es un problema de bandera porque las banderas nunca trajeron pan" sino de una política neoliberal emprendida por gobiernos del PP y del PSOE y apoyadas por CiU.
Asimismo, el secretario general de Ciutadans, Matías Alonso, acusó a Mas de tener como único objetivo "romper el Estado, ya que ha hecho de la confrontación y el lenguaje bélico el eje central de su política de gobierno".