barcelona. La escisión en el PSC toma forma después de que la comisión de garantías estatutarias del partido optara ayer por suspender cautelarmente a los tres diputados críticos que el pasado jueves rompieron la disciplina de voto en el Parlament en el debate sobre la transferencia de la competencia de realizar referendos. La decisión se traduce en que Joan Ignasi Elena y Marina Geli han sido apartados temporalmente de la ejecutiva socialista, y Nùria Ventura, de la primera secretaría de la federación socialista de las Terres de l'Ebre. Tras expirar el domingo el ultimátum de su líder, Pere Navarro, para que hicieran entrega de sus respectivas actas, la dirección del PSC remitió el caso a la citada comisión, que ahora tendrá que determinar si les expulsa o zanja el conflicto con una sanción económica.

No fue ésta la única resolución adoptada en relación al sector díscolo, el más catalanista del PSC, ya que igualmente se suspendió cautelarmente de la Ejecutiva del partido y del Consell Nacional a Fabián Mohedano, dirigente de la corriente crítica Avancem -a la que pertenecen asimismo Elena y Ventura-, por asistir el pasado 14 de diciembre a un mitin del dirigente de ERC, Oriol Junqueras. Mohedano, militante del PSC desde 2009 y que ocupaba desde hace dos años el cargo de secretario de Libertades Públicas y Derechos Civiles de la comisión ejecutiva de la formación, participó en ese acto junto al que fuera exconseller socialista Ernest Maragall y el exdiputado del PSC Antoni Comín, un hecho que fue recibido con una ovación por parte de los cerca de 4.000 asistentes en el Auditorio del Fòrum de Barcelona.

Elena no estaba dispuesto a dejar su asiento en el Parlament y ayer reiteró su intención de seguir perteneciendo al PSC, mientras que Geli recordó la diversidad ideológica y de pensamiento de la familia socialista catalana, demandando diálogo a la dirección, que no está en disposición de abrir un periodo de tregua más allá del tiempo que se dio el consejo de garantías para tomar una decisión en firme. Quien fuera consejera de Salud abogó por la "refundación", alertando de las consecuencias de la expulsión. De hecho, de haberla, afectaría a las primarias a la Alcaldía de Barcelona, ya que al menos uno de sus aspirantes, Jordi Martí, retiraría su candidatura. Ventura añadió que "estas palabras -expulsión, disciplinas o jerarquías- debemos dejarlas de lado porque no tienen cabida en un sistema democrático como el actual si queremos hacer un partido más plural".

A su vez, el PSOE redobla su apoyo a Navarro tal y como lo corroboró en RNE el diputado Ramón Jáuregui, quien hizo hincapié en que el PSC "se haya bajado del tren del eufemismo de la autodeterminación", por lo que instó a que "quienes no estén de acuerdo tienen que apartarse de un partido que tiene una estrategia clara". De hecho, la dirección del PSC considera que estos tres diputados incurrieron en un incumplimiento doble: la ruptura de la disciplina de voto del grupo parlamentario y la vulneración de un acuerdo del Consejo Nacional, la del pasado 17 de noviembre.

Aduce que el código ético dice que las decisiones políticas se han de basar en la discusión dentro del grupo parlamentario y otros órganos, pero que una vez adoptada una postura, y más si es tan mayoritaria -un 84% de respaldo-, ésta ha de ser respetada por todo el mundo. Que el propio Navarro les conminara a entregar su acta, tal y como hizo el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y no lo hayan hecho en el plazo convenido, provoca que la dirección esté dispuesta a "llegar hasta el final", aunque ello pueda condenar al PSC a convertirse en la cuarta fuerza política de la Cámara catalana, por detrás del PP.