Gasteiz. Tras haber puesto en solfa el empeño de la Ertzaintza a la hora de evitar que los presos excarcelados sean homenajeados, el Ministerio del Interior ha terminado pidiendo disculpas al Gobierno Vasco por cuestionar la diligencia de los agentes. Poco después de que el portavoz de Lakua, Josu Erkoreka, revelara ayer por la mañana que el lehendakari había enviado un correo electrónico a Mariano Rajoy para exigirle una rectificación, el ministro Jorge Fernández Díaz, el mismo que puso en solfa el celo de la Ertzaintza, llamó a la consejera Estefanía Beltrán de Heredia para que trasladara sus disculpas a Urkullu. Según fuentes de Lehendakaritza consultadas por DNA, el Ejecutivo vasco aceptó las excusas, pero no por ello aparcó su evidente malestar por las palabras del ministro, que parecen ahondar en el desencuentro entre ambos gobiernos en materia de paz.
Al margen de que la respuesta de Fernández Díaz pueda suponer un gesto de buena voluntad y una apuesta por rebajar la tensión entre ambos gobiernos, Lakua no oculta su "perplejidad". "Estamos perplejos porque el partido gobernante en el estado siga envuelto en el dilema de entender que estamos ante un nuevo tiempo y de hacer una defensa encendida de la Ertzaintza. O por seguir atenazado por la presión de quienes viven en el pasado y también critican a todo lo que represente autogobierno vasco como, por ejemplo, la Ertzaintza", lamentaron desde Lakua.
La puesta en libertad de más de cincuenta presos de ETA tras el fallo europeo contra la doctrina Parot ha redoblado la presión ejercida por los sectores más inmovilistas sobre el Gobierno de Mariano Rajoy. Los populares han tratado de calmar los ánimos recordando que la resolución es de obligado cumplimiento, y han puntualizado que su único margen de actuación pasa por evitar que los excarcelados sean homenajeados. Sin embargo, imputar un delito de enaltecimiento no resultaría tan sencillo: los límites no están tan claros si son los propios familiares quienes reciben al preso y, cuando estalló la polémica por la exhibición de fotos de reclusos, la justicia ya dijo que no siempre es delito, que una foto puede expresar el mero deseo de que un allegado sea trasladado a la CAV, y que todo depende de que esa imagen se acompañe con lemas que enaltezcan a ETA. Además, la competencia recae en la Ertzaintza, que ha intervenido hasta la fecha en el recibimiento a Joseba Artola, donde disparó varias veces al aire sin carga para dispersar a los congregados. Urkullu avisó de que no permitiría ningún acto de enaltecimiento.
Presiones No obstante, se ha interpretado que Madrid podría necesitar un gesto más contundente para aliviar la presión de determinados sectores -que critican que en algunos recibimientos se hayan lanzado cohetes-, o bien desviar responsabilidades y, según esa tesis, en ese marco cabría encuadrar que haya cuestionado a la Ertzaintza y asegurado que con la Guardia Civil y la Policía no hubiera sucedido lo mismo. El ministro del Interior comenzó a preparar el terreno para poner en duda la labor de la Policía vasca el jueves, cuando en respuesta precisamente a UPyD -un partido que ha estrechado el marcaje sobre el PP- matizó que Madrid hacía lo que podía, y que la competencia recae en la Ertzaintza. Veinticuatro horas después subió el tono para asegurar que con la Policía española y la Guardia Civil no se hubieran producido los homenajes.
Una acusación que, de paso, podría servir de argumento a Madrid para negarse al repliegue de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la CAV donde, según distintos sindicatos, estarían trascendiendo las funciones que les encomienda el Estatuto de Gernika. Además, recupera el viejo discurso del PP, que ha puesto tradicionalmente en duda la firmeza de los gobiernos vascos del PNV frente a ETA. El secretario general del PP de la CAV, Iñaki Oyarzábal, vino a insinuar ayer mismo en Radio Euskadi que la culpa no estribaría en la Ertzaintza -dijo que los agentes "quieren actuar más de lo que les dejan"-, y que sería Lakua quien permanece mano sobre mano y "tiene que ponerse las pilas".
Urkullu envió un correo electrónico a Rajoy anteayer por la tarde para trasladarle su malestar por las "inaceptables" palabras del ministro, y para pedir una "rectificación" ante esa "provocación". El ministro del Interior respondió a la petición llamando a su homóloga vasca, Estefanía Beltrán de Heredia, para que trasladara sus disculpas a Urkullu.
En ese contexto, la Policía española detuvo anteayer a la noche a dos jóvenes en Bilbao por realizar pintadas a favor de los presos. Uno de ellos quedó inmediatamente en libertad. Según fuentes del departamento de Seguridad consultadas por DNA, no cabría interpretar esa intervención como una invasión competencial o un intento de sacar pecho, ya que la operación pudo deberse a un encuentro fortuito entre esos agentes y los detenidos, y no a una estrategia premeditada. Sin embargo, sí lamentan haberse enterado por la prensa. "Ni nos han avisado de la detención", censuran. La Ertzaintza, por su parte, detuvo a dos personas en las inmediaciones de la cárcel de Zaballa después de que intentaran desplegar una pancarta en apoyo a los presos. También identificó a otros 30 congregados.
JOSEBA ARREGI Y EL PLAN DE PAZ Por otra parte, la asociación de víctimas Covite pidió ayer al lehendakari, Iñigo Urkullu, que sustituya al secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, por el exconsejero vasco Joseba Arregi -alejado hace tiempo del PNV-, quien "podría reformular" el Plan de Paz que elabora el Gobierno Vasco.