salamanca. La periodista Teresa Toda disfruta de sus primeros días de libertad en la casa familiar de Salamanca tras cumplir seis años de prisión -al principio fueron diez, pero los rebajó el Supremo- a los que fue condenada en el macrosumario 18/98. Como afectada por la falta de libertad de expresión y por la política penitenciaria, aboga por un nuevo tiempo en el que se den pasos por todas las partes y que la sociedad "se impregne".
¿Cómo se siente tras su salida?
Adelantaron la salida un día y me sacaron a las 7.30 de la mañana. Te encuentras sin tu familia que estaba de camino. Han sido 6 años que me han permitido conocer las situaciones del colectivo de presos, sobre todo la dispersión. Me he acordado de los que dejaba dentro, mis compañeros del periódico. Estás en la calle pero dejas gente dentro, es contradictorio.
¿Cree que la libertad de expresión sigue bajo vigilancia?
Nosotros fuimos el primer medio que se cerró por la vía expeditiva, con 300 policías y acusaciones desmedidas y falsas y cuando sales te encuentras que acaban cerrar un medio como Ateak Ireki. Hay mucho que hacer en este terreno y en nuestro gremio se pueden hacer muchas cosas para mantener la libertad de expresión, hay que arriesgar porque la realidad tiene muchas facetas.
Han sido seis años en los que la izquierda abertzale salió de las instituciones, ha vuelto con fuerza y ETA ha cesado su actividad. ¿Cuál es su reflexión?
Son momentos importantes pero se necesita más implicación porque frente a las expectativas que se han abierto hay demasiadas reticencias. Eso falta para que el proceso pueda avanzar y alimentarse desde la base de la sociedad. Catalunya es un ejemplo de esta fuerza. Que se sigan dando pasos por todas las partes, tampoco se ha acabado el tiempo de la izquierda abertzale para dar pasos. Que la sociedad se impregne.
¿Qué pensó el 20 de octubre de 2011 cuando ETA anunció el cese definitivo de sus acciones armadas?
Que era una contribución muy importante a que se abriera un nuevo tiempo y a que las cosas empezaran a cambiar. Fue un paso valiente.
Hemos asistido también al fin de las actividades de Herrira...
Debieran dejar de contaminarse las cosas como se están contaminando con las teorías de Garzón pero es tiempo también de que, quienes tanto alardean de cumplir su propia legalidad, la cumplan, que se acabe la dispersión, que queden en libertad a los presos enfermos. Ojalá tras la sentencia de Estrasburgo hubiera mayor vigilancia porque se están vulnerando derechos muy básicos.
¿Qué le sugiere el rechazo desde algunos sectores al fin de la 'doctrina Parot'?
Una actitud bastante vengativa por parte del Estado porque se están dando cuenta de que en cierta manera y jugando con el dolor de las víctimas que hay que respetar desde las posiciones más opuestas -tenemos que respetarnos todas mutuamente- se ha creado una especie de monstruo y una alarma social.
¿Seguirá ejerciendo el periodismo?¿Qué proyectos tiene?
Ahora necesito descansar, estar con mi familia. Tengo 63 años y también está ahí la jubilación. Además me he perdido la revolución digital, los nuevos soportes y dispositivos, todo el periodismo en Internet.
Teresa Toda, ayer en sus primeras horas de libertad. Foto: Dna