Bilbao. "CUANDO ves por televisión el programa de Wyoming, aunque te parezca gracioso, también estás masticando política". Pegados a la problemática social de la generación que traspasa el Rubicón de la mayoría de edad en el contexto más alambicado que se recuerda y tratando de huir del trazo grueso del titular político-periodístico de turno, Euzko Gaztedi (EGI) celebra desde ayer en Murgia (Araba) la asamblea general que cerrará el proceso de definición de la línea estratégica a desarrollar por las juventudes del PNV durante los próximos cuatro años, y con la que aspiran a "conectar de una manera más directa" con los colectivos de jóvenes vascos. Koldo Bilbao, Eli Huegun y Ander Añibarro, secretarios de EGI de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, respectivamente, desbrozan los ejes analizados desde enero en sus diferentes organizaciones y que confluyen en la emancipación, la acción política y la organización interna en el nuevo escenario gestado en Euskadi.
Ocupados en la actualidad, esa que lleva a sus mayores a versar sobre las consecuencias de la doctrina Parot, el pacto fiscal alumbrado en la CAV o del prólogo de un nuevo estatus; desde las filas jetzales más tempranas invitan más a indagar en la búsqueda de oportunidades laborales que luego desemboquen en una autonomía vital. "Y para ello hay que hacer hincapié y una crítica al sistema educativo. Al margen de la libertad personal de estudiar cada uno aquello que desee o tenga vocación, valdría apostar más por la Formación Profesional que tan bien funciona aquí, y que en época de bonanza permitía encontrar una salida al mercado de trabajo, mejor o peor", explica Bilbao. Sería, añade Huegun, un primer paso de cara a la emancipación, "que necesita del fomento de viviendas públicas de alquiler que te permitan salir del núcleo familiar, abandonando la vieja creencia de que lo ideal era la propiedad privada, y en ello deben poner el foco las instituciones públicas".
Conscientes de las dificultades que entraña el emprendimiento, "porque sin financiación ni ayudas resulta una salida difícilmente viable", EGI aboga por consolidar los contratos en prácticas o mediante becas. "Es verdad que para un joven de 25 años cobrar unos 600 o 700 euros no es lo ideal, si bien se presenta como el salto previo para llegar luego a meta. Si se nos pide siempre experiencia, qué mejor que permanecer un par de años en esa coyuntura para acabar asentándote en esa empresa u otra de similares características", cuenta Bilbao, que aplaude esa conexión entre el mundo educativo y el empresarial, mediante la FP, "que no pasa en la Universidad". La crítica también se dirige al joven: "Que no nos cueste tanto aceptar un salario probablemente no digno y que obligue a retrasar la emancipación". "Muchos piensan que cómo van a trabajar por 600 euros ocho horas porque la situación familiar es óptima. ¡Atrevámonos a hacer camino!", apunta Huegun.
...y Wert de "pararrayos" Al albur de la educación, cómo no, irrumpe un nombre, el del ministro Wert, "el pararrayos de Rajoy", y que como señala Añibarro "solo pretende adoctrinar mediante una ley puramente ideológica". "Su aplicación en Euskadi supondría quince años de atraso tras treinta de autogobierno en los que hemos asentado el mejor modelo educativo del Estado, sobre todo en FP". "Cuando algo no cuenta con el apoyo de ningún sector, por mucha mayoría absoluta que tengas, estás obligado a la autocrítica, y esa ley si algo no ha creado es consenso", valora Huegun. "Al presidente español le ha venido bien poner el foco de la maldad en Wert", zanja Bilbao.
La desafección por la política, generalizada, se vislumbra patrimonio de la juventud, idea que quieren desterrar. "Existe el enfoque erróneo de que en política te adentras buscando beneficio, poder o contactos, pero la prueba que lo refuta es esa cantidad de jóvenes concejales que trabajan por su pueblo como servicio público. La política consiste en implantar tus ideas en la sociedad porque crees que son las mejores", describe Bilbao. La regeneración es posible. "En casa se nos inculca ya que debes luchar por lo que quieres, y se aprecia en los movimientos o sindicatos estudiantiles. La percepción va cambiando", admite Añibarro pese a los "recelos bien fundados de la gente" a tenor de los aflorantes casos de corrupción que han devastado los cimientos del Estado de Bienestar. La salvedad del oasis vasco ha sido fruto "del autogobierno que nos ha permitido diferenciarnos" en la crisis, pero, como matiza Huegun, "dependemos tristemente de nuestro entorno".
EGI, que el próximo febrero celebrará su 90 cumpleaños desde que se fundó tres meses después del fallecimiento de Sabino Arana -y que en la actualidad cuenta con alrededor de dos mil afiliados, y donde creció políticamente, entre otros, el lehendakari Urkullu-, se ha afanado siempre en la cooperación con eventos benéficos y solidarios: desde la ayuda a una asociación de drogodependientes en la pasada Aste Nagusia bilbaina, o de saharauis, a la recogida de ropa invernal para Cáritas el último Santo Tomás en Donostia, pasando por respaldar a estudiantes de la Universidad de Mondragón que necesitaban contactar con el Gobierno vasco para entablar relación con empresas en India, como ejemplos. Otra historia son las relaciones estrictamente políticas con otras organizaciones homólogas, como la entrelazada con la llamada izquierda abertzale. "Mala no es porque la nueva situación de Euskadi facilita las cosas, pero en cuanto a entente no es mucha. Es complicado entenderse con las juventudes de PSOE y PP, que miran a Madrid, pero también con quien durante tantos años no ha apostado por el diálogo y sí por la lucha y la confrontación", expone Bilbao. Un horizonte que, como "el de nuestro país", se irá ensamblando, "con esperanza", "porque el proceso de paz y convivencia acaba de echar a andar como quien dice. Llevamos solo dos años sin la lacra de la violencia a cuestas". De ahí que compartan el esquema planteado por el actual Ejecutivo en este andamiaje donde son necesarios "los acuerdos" entre todos para ir arrinconando las posturas y decisiones extremistas. De ahí que EGI, entre otras actuaciones, no dudara en reprochar la última actuación contra Herrira para evitar volver a tiempos pretéritos. "La sociedad vasca quiere despertarse de una pesada pesadilla y hacer un camino conjunto donde todos podamos convivir", afirmaban. Entre ese pretérito a olvidar, ciñéndose al apartado estrictamente político, el de la pasada legislatura en la CAV, la del llamado pacto del cambio, y que, a su juicio, supuso tirar por la borda un tiempo precioso. Y esgrimen: aviada España si la oposición al PP se decanta como alternativa por el anterior lehendakari.
El espejo catalán Hace justo un año las juventudes del PNV formularon una propuesta de Constitución para Euskadi edificada en tres pilares: el pacto social, la idea de nación y el derecho a decidir. Término éste último que tiene ahora la luz sobre Catalunya, procesos que estiman "hay que diferenciar". "En Euskadi, el sentimiento de independencia siempre ha sido mayor, y allí en dos años el panorama ha dado la vuelta. Ojalá les vaya bien pero creo que no saben bien a dónde van o con qué apoyos. El golpe puede ser mayor", advierte Bilbao. Eso sí, "a veces, el que no se tira a la piscina...", precisa Huegun. Añibarro coincide en que "no se trata el catalán de un sentimiento puro de nación, sino más bien de respuesta social ante la adversidad. Si la situación económica mejora, ¿ese 70% a favor del soberanismo pasará otra vez al 30%?", se pregunta. "Además, ellos no han tenido a ETA", aduce. A lo que Huegun añade: "Ni tampoco nuestra confrontación social". Bilbao es más partidario de "ir poco a poco" hacia el nuevo estatus político "para no vivir después un proceso involutivo". Entre tanto, toca bajar al sótano de la realidad, a pisar la calle, a las mazmorras de la precariedad y de unas tasas de paro juvenil "inadmisibles" para que la sociedad crezca en valores y prosperidad. Y para que esto último sea posible discute EGI hasta la jornada de mañana, que se clausurará con la intervención del presidente del ABB del PNV, Xabier Agirre. Y a Lakua, deberes: más empleo en prácticas y viviendas en alquiler. Un primer paso, necesario y vital.