Donostia. La Diputación Foral de Gipuzkoa, impulsora del proceso participativo que culminó el domingo con la consulta popular celebrada en Igeldo, hizo ayer un balance positivo de la participación mostrada por los vecinos del todavía barrio donostiarra (un 72,1% ejerció su derecho a voto). No obstante, en relación a la decisión final sobre la desanexión, la posición de la institución foral fue más prudente de lo habitual. En lugar de insistir, como venía haciendo hasta ahora, en que tendrá en cuenta la decisión de los igeldotarras, la diputada de Administración Foral y Función Pública, Garbiñe Errekondo, recordó ayer que "no está solo en manos de la Diputación" la posible segregación de Igeldo, sino que "hay una vía judicial abierta" ya que el Ayuntamiento donostiarra ha pedido la "reactivación del expediente judicial". Por tanto, "no depende solo de la Diputación", reiteró.

Por parte del gobierno municipal de Donostia, el alcalde, Juan Karlos Izagirre, una vez más, no quiso posicionarse sobre los resultados favorables a la desanexión y se remitió a las declaraciones del concejal de Bildu, Axier Jaka, para quien "el gobierno local analizará pormenorizadamente los resultados".

Crítica del PNV Paralelamente, el portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Donostia, Eneko Goia, lamentó ayer la "pasividad" que está mostrando el gobierno municipal de Bildu ante el resultado de la consulta sobre la desanexión de Igeldo y, tras tachar de "decepcionante" esta actitud, insistió en que el Ayuntamiento debería tener "protagonismo" en este asunto, ya que a partir de la consulta se genera un "conflicto" entre "quienes legítimamente quieren desanexionarse" y el resto de donostiarras que no se han pronunciado. Asimismo, el portavoz del PP, Ramón Gómez, pidió la dimisión de Izagirre por entender que "no es capaz de gobernar la ciudad". Por su lado, el socialista Ernesto Gasco se ofreció al alcalde para tratar de encontrar una situación satisfactoria tras la realización de la consulta.