madrid/barcelona. Como consecuencia de la ruptura de la disciplina de voto de los 14 diputados del PSC en el Congreso a cuenta del derecho a decidir y de las voces que desde dentro del PSOE piden acabar con las tendencias nacionalistas que aprecian en la dirección de su partido en Catalunya, las desavenencias entre los socialistas por la cuestión soberanista vuelven a situarse en el primer planto de la actualidad. En un momento decisivo para el partido, que se prepara para organizar su Conferencia Política de la que saldrá el programa para la próxima década, el PSOE ha vuelto a vivir un fuego cruzado entre algunos de sus dirigentes.
Uno de ellos fue Alfonso Guerra, que tras intervenir el martes ante la dirección del Grupo en el Congreso para que el PSOE apoyara la moción de UPyD contra el derecho a decidir, ayer se despachó a gusto. Guerra reclamó al PSOE crear una alternativa socialista en Catalunya y defendió la ruptura con el PSC con el argumento de que hace tiempo que dejó de ser un partido socialista "porque se acerca a las posiciones nacionalistas y Cataluña necesita una alternativa socialista".
guerra, en su papel El veterano parlamentario socialista defendió el apoyo que el PSOE dio a la iniciativa contra el derecho a decidir y señaló que, aunque no está en la dirección del Grupo Socialista, suele dar su opinión siempre que se la piden. "El PSOE tiene una posición muy clara respecto de lo que establece la Constitución y cualquier otra posición sería equivocada. El PSC es otro partido y yo no tengo ninguna responsabilidad en otro partido".
El expresidente del Congreso de los Diputados, José Bono, también salió en defensa de Guerra al afirmar que el PSOE "tendría hoy más votos en Cataluña que el PSC" y expresó su convencimiento de que los socialistas de esta comunidad "están más con la solidaridad e igualdad de las personas que con la identidad de los territorios".
Esta tesis, que mantienen destacados dirigentes y diputados socialistas, fue rápidamente contestada por Pere Navarro, primer secretario del PSC, que descartó una ruptura interna y defendió la postura de los diputados catalanes de incumplir la disciplina de voto del grupo socialista y abstenerse en una moción de UPyD contra el derecho a decidir, que sí fue apoyada por el resto de diputados socialistas.
la defensa de navarro "El PSOE hizo lo que tenía que hacer probablemente y el PSC hizo lo que tenía que hacer. Este no es un problema entre el PSOE y el PSC, es una cuestión entre Catalunya y el resto de España", comentó Navarro, en un intento de restar importancia a las voces de destacados socialistas que han reclamado la creación de un partido socialista alternativo al PSC en Catalunya.
El líder del PSC subrayó que solo escucha a los "portavoces oficiales" del partido y que su portavoz es Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que conversó ayer sobre esta cuestión e insistió en que el PSC tiene un "proyecto común con el resto de socialistas españoles" basado en una reforma de la Constitución y en un Estado federal. "Vamos a seguir trabajando con el conjunto de los socialistas de toda España para que ese proyecto, que es la única solución, salga adelante", ha destacado Navarro, que ha preferido no entrar a comentar la posibilidad de que el grupo socialista sancione con una multa a los diputados catalanes por romper la disciplina de voto.
Por su parte, en los pasillos del Congreso, el diputado del PSC Álex Sáez dejó que los socialistas catalanes votaron en el Congreso lo mismo que defienden en Girona, Tarragona, Lleida y Barcelona.
Sáez mostró su sorpresa de que el PSOE votara a favor de una moción de UPyD que calificó de "provocación" y que estaba planteada "para dividir y no para buscar una posición común". Sobre la reclamación de Alfonso Guerra de crear un partido alternativo al PSC en Catalunya, le recordó que ya no tiene responsabilidades en la dirección del partido y le pidió que piense en la retirada. "Creo que la gente tiene que dejar paso a otras generaciones".