Vitoria. A diferencia de los años en que el PSE asumió las riendas del Gobierno Vasco, pasado mañana las dependencias de Lehendakaritza acogerán el Día de Euskadi sin fastos ni boato.

El portavoz del actual Gabinete, Josu Erkoreka, aclaró ayer que la falta de consenso que suscita esta celebración promulgada la pasada legislatura por el PSE y avalada por el PP convertirá la fecha en un festivo sin fiesta en el que las puertas de las instituciones vascas permanecerán cerradas. Según Erkoreka, "no hay razones objetivas suficientemente consensuadas que hagan que esa celebración pueda llevarse a cabo en términos de sumar y no de restar". Una visión alimentada por el recuerdo de cómo se labró esta iniciativa.

La negativa del PNV es tajante sobre la continuidad del Día de Euskadi, pero también la del propio Parlamento Vasco. Y es que cuando este asunto llegó en la presente legislatura al pleno la posición mayoritaria que suman las bancadas jeltzale y soberanista ahogaron las esperanzas de vida del proyecto auspiciado en el pacto por el cambio.

Ahora bien, esta crítica mayoritaria de la Cámara vasca a la continuidad del Día de Euskadi no ha despejado la duda de si el de pasado mañana será el último 25 de octubre, fecha en la que se firmó el Estatuto de Autonomía, de carácter festivo. Esa es la dirección que parece llevar esta iniciativa, aunque Erkoreka advirtió que socialistas y populares instituyeron la festividad a través de una ley, lo que implica su derogación y no un mero cambio de fechas propiciado desde el Gobierno Vasco como principal responsable de la elaboración del calendario laboral de cada ejercicio.

El portavoz del Gabinete Urkullu también recordó en su intervención posterior al Consejo de Gobierno semanal que existe un mandato parlamentario para dejar sin efecto esta norma, un camino que comenzará su andadura definitiva el próximo martes en comisión.

El objeto de este foro será derogar la ley, pese a que en él también se dejen caer las preferencias para fijar una fecha alternativa que sustituya la festividad del 25 de octubre. De hecho, en el paso inicial de este asunto por el Legislativo autonómico, EH Bildu propuso que el 3 de diciembre, Día Internacional del Euskera, tomara el testigo del Día de Euskadi.

En la bancada jeltzale la opción con más peso se basa en limitar la tramitación parlamentaria a derogar lo que desde el PNV consideran una "imposición" para, a continuación, dejar en manos del Gobierno Vasco la elección vía decreto de una nueva fecha que complete el calendario laboral.

A la espera de que concluya ese itinerario institucional, el 25 de julio, Día de Santiago, y el 19 de marzo, festividad de San José y Día del Padre, son las dos jornadas que cuentan con mayores posibilidades de engrosar el número de fechas en rojo del almanaque vasco.