Entre los retos del Gobierno vasco para 2014 apuntados ayer por Iñigo Urkullu, además de garantizar la estabilidad de los "servicios públicos esenciales" y de avanzar en la recuperación económica y el empleo, citó "desarrollar las iniciativas del Plan de Paz y Convivencia desde el consenso". Tras recordar que está previsto aprobarlo este mismo año, reconoció que hasta la fecha no se han producido avances acordes a "las expectativas generadas" por la declaración de ETA del cese definitivo de su actividad, del que hoy se cumplen dos años. Recordó que el objetivo de este plan es contribuir a que los partidos alcancen unos "mínimos acuerdos sobre la base del 'suelo ético'", por lo que asumió el "reto de hacer efectivos los tres micro-acuerdos que el plan propone", ya que "nuestro destino es el consenso". Por su parte, Andoni Ortuzar extendió la "política del pacto" a otros dos grandes retos: "la consolidación de la paz y el logro real de la convivencia", por un lado, y "el establecimiento de un nuevo estatus jurídico-político que dote al pueblo vasco de un nuevo modelo de convivencia que acerque a Euskadi a su reconocimiento como nación en Europa".
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