Míriam Vázquez

DONOSTIA. Tal y como pactaron a finales de septiembre, el Gobierno Vasco y las diputaciones activarán este año un plan conjunto de reactivación con los fondos extra procedentes de la relajación del objetivo de déficit impuesto a la CAV, situado en el 1,2%. El margen reportará una capacidad adicional de endeudamiento que Lakua decidió compartir con las instituciones forales para poner en marcha planes de reactivación. Bizkaia y Araba ya han acordado con el Ejecutivo el destino de esos fondos, algo que no ha hecho Gipuzkoa: aunque participó en el reparto del déficit, Bildu precisó que no pactaría sus medidas con Lakua, sino que se limitaría a aceptar los fondos, y llevaría el debate sobre su destino a las Juntas Generales. Martin Garitano deberá buscar ahora el aval de la oposición para aprobar la norma foral que le permita modificar los Presupuestos y plasmar en ellos esos proyectos. Según fuentes jeltzales consultadas por este diario, la coalición ha podido acercar posturas con el PNV, y las posibilidades de que la negociación prospere son reales, ya que la Diputación habría hallado encaje a varias propuestas del partido en su planteamiento. "Estamos cerca", dicen.

La portavoz foral, Larraitz Ugarte, desveló ayer mismo en rueda de prensa que su gabinete ha llegado a acuerdos, y que prevé comenzar a invertir en noviembre los 18 millones extra que recogerán los Presupuestos. No quiso aclarar con qué formación se ha podido aunar criterios porque aún quedan "flecos". El acuerdo definitivo se anunciaría mañana mismo. Según avanzó, la coalición apuesta por que los fondos alcancen a todas las localidades del territorio, destinará 6 millones a potenciar inversiones municipales, dedicará unos 3,1 millones a crear empleo a nivel local, y prevé volcar otros 3,3 en cuestiones de movilidad e infraestructuras viales. En total, dispone de 18 de los 60 millones que irán a parar a Gipuzkoa. El Gobierno prevé potenciar con su parte las viviendas de alquiler, las infraestructuras ferroviarias y las inversiones tecnológicas. Las fuentes consultadas no precisaron el contenido del posible acuerdo de Bildu y PNV.

El plan interinstitucional forma parte de la estrategia desplegada por el lehendakari tras verse abocado a decretar la prórroga presupuestaria. En ese momento, al constatar la situación de bloqueo y que una segunda prórroga en diciembre abocaría a su Ejecutivo a convocar un adelanto electoral, trató de recomponer las relaciones con la oposición habilitando una mesa institucional -en la que ofrecería a las diputaciones un reparto del déficit para dar forma a un plan de reactivación-, y otra de partidos, que desembocó en un pacto global con el PSE, y en un acuerdo fiscal entre los jeltzales, el socialismo y el PP. EH Bildu ha descartado sumarse a esa reforma de los impuestos al considerar que carece de ambición. Prevé trazar su propia vía en Gipuzkoa, aunque se enfrentará previsiblemente al veto de la oposición, que ya cristalizó en la última sesión plenaria. Sin embargo, esa imagen de soledad no se trasladará al plan de reactivación, ya que podría contar con el respaldo del PNV.

Un desenlace lógico, si se tiene en cuenta que la apuesta por aprobar planes de reactivación partió del propio Gobierno, de modo que no cabía esperar que el PNV bloqueara su aprobación en Gipuzkoa. No obstante, ha negociado con Bildu para introducir sus propuestas. La iniciativa se tramitaría como norma foral así que, según las fuentes consultadas, apretando el paso podría aprobarse en 20 días o un mes.

Críticas El PSE, por el contrario, comunicó ayer a través de una nota de prensa que no comparte el planteamiento de la coalición. El partido ha endurecido su oposición tras el desengaño presupuestario de 2013: ayudó a Bildu a aprobar sus Cuentas, y después la acusó de dilatar el cumplimiento de los compromisos del pacto, sobre todo en reactivación. Además, el PSE podría mostrarse más duro en el reparto del déficit porque, al no gestionar ninguna Diputación, no ha participado en la cocina del pacto. Ayer, por boca de Rafaela Romero, lamentó que Bildu beneficie "desproporcionadamente" a los municipios pequeños en su propuesta, y pidió paliar la "injusticia" que padecerían buena parte de los ayuntamientos a consecuencia del déficit de las residencias de la tercera edad. El PSE presentará su alternativa a través de enmiendas.

Desde el PP, Juan Carlos Cano aseguró que el objetivo "era acordar el reparto entre todos". "No entendemos que al final, no se sabe por qué y con poca transparencia, se ha decidido llegar a un acuerdo solo con unos. Al final, es más deuda y no sabemos dónde va a ir", sentenció. El plan interinstitucional de la CAV para 2013 tendrá una dotación de 180 millones, que se han repartido entre los tres territorios con arreglo a los porcentajes de la Ley de Aportaciones, de tal manera que Bizkaia recibirá el 50,2%; Gipuzkoa el 33,3%; y Araba, el 16,5%, aunque, a su vez, dentro de cada herrialde el Gobierno abonará el 70%, mientras el 30% restante correrá a cargo de la Diputación.

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, conversa con el líder del GBB, Joseba Egibar, y con Eider Mendoza. Foto: Gorka Estrada

PSE y PP ya han rechazado la propuesta de Bildu, aunque el socialismo presentará enmiendas en el trámite