EN la infancia le daban la paga los domingos y fiestas de guardar? En nuestra casa sí, excepto un día al año que, aun cuando estaba en rojo en el calendario al ser fiesta oficial, no lo era para nuestra familia. Tal día como hoy, año tras año, no había paga. No había nada que celebrar, repetían incansables ama y aita. Desde entonces el 12 de octubre siempre me trae a la memoria la conciencia rebelde de quienes nos enseñaban coherencia hasta en las cosas más pequeñas -o grandes, porque lo de quedarse sin chuches?-. Por eso estoy tan agradecida a mi aita y a mi ama.

España relacionó desde el primer momento su fiesta nacional con la conquista de América -esclavitud, muerte y exterminio de aborígenes-. Ya en 1892 así lo decidió su reina, más tarde Alfonso XIII en 1918 declaró esa fecha como de la raza -¿qué raza?- y el 10 de enero de 1958 por decreto del Gobierno de la dictadura franquista lo llamó de la hispanidad. Finalmente, en 1987 otra ley la declaró "Fiesta Nacional" con la finalidad de "recordar solemnemente momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico cultural y social común, asumido como tal por la gran mayoría de los ciudadanos".

El día de la raza, de la hispanidad, de la fiesta nacional, nombres que han ido dando al día de España. Está bien que tengan un día los españoles, es lo normal. Lo malo es que nos lo meten a la fuerza.

En Euskadi ya tenemos el nuestro aunque se empeñen en desprestigiar el Aberri Eguna e incluso inventar algún otro como cuando Patxi López intentó colarnos lo del 25 de octubre. Le salió mal pues nuestro día nacional va mucho más allá de la CAV y recoge todos nuestros territorios; del norte y del sur, desde Zuberoa hasta Bizkaia pasando por Araba y Gipuzkoa, sin olvidar Lapurdi y las dos Nafarroa -o una, ateniéndonos a la literalidad histórica-.

La manera de celebrar una fiesta de tal importancia como la nacional refleja cómo se entiende el mundo y la convivencia. Hoy en España de nuevo llenarán las calles de tanques, uniformes y armas a modo de aviso permanente y reflejo de su yo más íntimo siempre relacionado con la supeditación militar sobre otros pueblos. ¿A quién le gusta esa parafernalia verde oliva acompañada de la cabra de la Legión? ¿No les da vergüenza a los y las demócratas españoles?

Nos dan argumentos todos los días para alejarnos de esa España caótica y por la que retrocedemos en nuestros derechos personales, nacionales y sociales. La persecución anticatalana y el derecho a decidir de los pueblos; la Ley Wert reflejo de la españolización a la fuerza que persigue debilitar el euskera y otras lenguas, a la vez que abre la puerta a graves retrocesos educativos; la monarquía que da un mal espectáculo un día sí y otro también -aunque felizmente es abucheada en cada acto al que van-; una justicia arbitraria que, contra la lógica, libra a una infanta -algo que no nos sucedería ni a usted ni a mí-; una futura reina (?) que insulta a las mujeres y a los hombres comprometidos con la igualdad al quejarse de su durísimo trabajo argumentando la necesidad de conciliación familiar y laboral? ¡La lista es tan larga que aburre!

Nada que celebrar, mucho a lo que oponerse. Eso sí, en Aberri Eguna nos daban paga doble.

Nada que celebrar

Mundakatik

por Begoña errazti

Hoy en España llenarán las calles de tanques tratando de reflejar

la supeditación militar sobre otros pueblos