Roma. El Ejecutivo italiano de Enrico Letta superó ayer la moción de confianza en el Senado con la que aseguró su continuidad, en una jornada en la que el líder conservador Silvio Berlusconi le brindó su respaldo en una maniobra inesperada, tras haber forzado la apertura de la crisis de Gobierno. En el decisivo trámite en la Cámara Alta, Letta salió reforzado en el voto de confianza, al obtener el apoyo de 275 senadores, frente a los 70 que votaron en contra, una mayoría incluso superior a la lograda durante la investidura el pasado 30 de abril.
Tras la victoria en el Senado, el Gobierno de Letta se sometió a la votación de la Cámara de Diputados y logró su confianza con un total de 435 votos a favor y 162 en contra.
El voto llegaba después de que el pasado sábado los cinco ministros del partido de Il Cavaliere, el Pueblo de la Libertad (PDL), que formaban parte del gabinete de Letta presentaran su dimisión, siguiendo la "invitación" de Berlusconi y sumiendo al país en la incertidumbre política.
En este contexto, Letta acudió ayer al Parlamento para comprobar sus apoyos, en un trámite en el que la atención estaba puesta en los resultados del Senado, puesto que en este hemiciclo el primer ministro perdería la mayoría absoluta sin el apoyo del PDL de Berlusconi.
Letta se presentó ante la Cámara Alta conocedor de las divisiones generadas en el seno del PDL por la dimisión de los ministros, que, pese a acatar la orden, criticaron la medida, y jugó sus cartas durante su comparecencia advirtiendo de que una caída del Ejecutivo ahora podía ser "fatal e irremediable" para Italia.
El jefe del Gobierno, quien fue aplaudido durante su intervención en varias ocasiones, subrayó, además, la extenuación que viven los italianos por los conflictos de la política, todo en una sesión en la que se registraron diferentes interrupciones, como la del senador del PDL Domenico Scilipoti, que le valió la reprimenda del presidente del hemiciclo, el exmagistrado Piero Grasso.
Letta defendió el valor de la estabilidad y la capacidad del Gobierno de acometer las reformas que necesita el país para volver al crecimiento, la creación de empleo y para cumplir con los compromisos adquiridos ante la Unión Europea. Tras su alocución, una veintena de parlamentarios del PDL ratificaron su intención de apoyar al primer ministro para asegurar su continuidad, desmarcándose de la línea fijada por Berlusconi. Una toma de posiciones que parecía sellar la escisión en el seno de la formación conservadora.
En un primer momento, Berlusconi ignoró las señales de alarma ya que los parlamentarios que aún le eran fieles indicaron que iban a seguir adelante con la ruptura con Letta. Sin embargo, en el último momento, dio un nuevo golpe de efecto al tomar la palabra inesperadamente en el Senado para anunciar su cambio y asegurar su respaldo al Ejecutivo.
Sentado junto a un Alfano de semblante serio, Letta reaccionó al anuncio con una sonrisa, entre la incredulidad y la satisfacción, mientras Berlusconi no abandonó el rostro sombrío que mantuvo durante toda la sesión al volver a sentarse, aplaudido por los suyos tras su alocución.
Ahora, Berlusconi debe afrontar una escisión en su partido, los ya denominados "los populares", que contarían con más una veintena de parlamentarios en cada cámara y estarían liderados por Alfano.
Además, condenado en el caso Ruby por abuso de poder y prostitución de menores y en el caso Mediaset por evasión fiscal, será expulsado mañana del Senado, como preludio de su inhabilitación para seguir en política y su arresto domiciliario por las condenas judiciales citadas.