foronda. El lehendakari volvió ayer al Alderdi Eguna. Cuatro años después, en las campas de Foronda se escucharon de nuevo dos discursos: el del presidente del PNV y el del jefe del Ejecutivo autonómico, dos versiones de una misma imagen en la que Euskadi demanda su reconocimiento como nación en el marco europeo. Un reto, "no una carrera", que la formación jeltzale pretende abordar sin prisas, a su propio ritmo, pero "seguros".
Tanto Iñigo Urkullu como Andoni Ortuzar concedieron especial importancia en sus respectivas intervenciones a la reivindicación del nuevo estatus y volvieron a dejar de manifiesto que a diferencia de lo sucedido con el Plan Ibarretxe ahora la estrategia pasa por centrar la acción en la dinámica institucional para atravesar con garantías las barreras a las que se encuentra expuesto el debate identitario. Pero al igual que ocurrió en el reciente pleno parlamentario de política general, estas demandas no relegan a un segundo plano la lacra de la crisis que sigue azotando los hogares vascos. La creación de empleo y la reactivación económica conforman el principal reto que el lehendakari y el presidente del EBB trasladaron desde el escenario ambulante a sus compañeros de partido. "Porque un pueblo solo podrá ser libre, si es libre y solvente en lo económico", expuso Ortuzar.
El lehendakari le precedió en el uso de la palabra. Urkullu volvía a las campas de Foronda un año después de asumir en este mismo escenario el compromiso de recuperar las riendas del Gobierno Vasco para la formación jeltzale. El Alderdi Eguna de 2012 se vivió en plena campaña electoral ante el adelanto electoral asumido por el secretario general de los socialistas vascos y entonces lehendakari, Patxi López. Doce meses después, el discurso de Urkullu fue el del nuevo jefe del Ejecutivo autonómico que vive sus mejores momentos desde que en diciembre asumiera la gestión de la primera institución vasca.
Arropado por los principales cargos públicos jeltzales y una marea de afiliados, el jefe del Ejecutivo autonómico puso en valor el pacto de país alcanzado con el PSE y abierto a otras formaciones que permitirá desbloquear la acción del Gobierno y garantizar los Presupuestos vascos para el próximo ejercicio, así como el acuerdo con las tres diputaciones que hoy se firmará en Lehendakaritza para emprender desde un prisma interinstitucional la labor de reactivación económica. Dos ejemplos de una nueva época marcada por la esperanza que ayer sobrevoló las txoznas procedentes de las diferentes latitudes de Euskadi en las inmediaciones del aeropuerto vitoriano.
Ni siquiera Ortuzar, que en calidad de cargo interno de partido y no representante institucional gozaba de una lógica mayor libertad en su alocución, quiso enturbiar el mensaje conciliador del lehendakari con críticas al PSE, pese a que el discurso facilitado por los responsables de prensa recogía un par de andanadas del presidente del EBB a López y los suyos. Esta vez las críticas se quedaron en el papel.
"Tenemos que extender la cultura del acuerdo", afirmó el lehendakari en el Alderdi que como cada año sirve para poner fin a la actividad frenética que encierra la vuelta a la actividad política en septiembre. Este nuevo curso político, en concreto, ha sido fiel espejo en el que observar reflejadas las palabras del jefe del Ejecutivo autonómico, aunque con mejor o peor suerte en las diferentes tentativas: unión en la reforma fiscal con la alianza de PNV y PSE -a la espera de que el PP ofrezca su respuesta definitiva- y división parlamentaria en la propuesta del nuevo estatus que persigue la formación jeltzale.
En este apartado se enmarca el viaje que el lehendakari describió como "largo, lleno de aventuras y experiencias" para alcanzar la construcción de Euskadi. La "Itaca" vasca que pasa por abrir los brazos a Europa con la esperanza de recibir idéntica respuesta. Este es el "horizonte" del siglo XXI para los vascos, en opinión de Urkullu, quien asume como clave del reto del autogobierno "la capacidad de participar en procesos y estructuras complejos desde la interdependencia".
En esta misma línea, Ortuzar sentenció que "somos Europa" y que "nunca nada ni nadie hará que dejemos de ser europeos, de ser nación en Europa". El líder jeltzale también recurrió a la visión viajera del lehendakari, que en una semana debutará como máximo representante del Ejecutivo vasco en la delegación gubernamental que se trasladará a Nueva York, para sentenciar que "ni los peajes que quiere imponer la izquierda abertzale ni la barrera bajada con la que siempre nos amenaza el PP van a impedir que hagamos este viaje".