gasteiz. EH Bildu demostró ayer que no tiene ninguna intención de desviarse lo más mínimo de la política fiscal que impera en Gipuzkoa. Cerró las puertas a una posible incorporación al acuerdo alcanzado por jeltzales y socialistas, a priori, una negativa que coincide con los recelos del PP a asumir esta receta sin haber participado en el trabajo de cocina previo, pero con sensaciones muy diferentes en ambos encuentros, según fuentes de la delegación promotora.
La ausencia de propuestas concretas por parte de EH Bildu y su negativa a dejar pelos en la gatera reducen notablemente el margen de maniobra para acercar posturas. Por el contrario, los representantes de PNV y PSE salieron el pasado día 13 del encuentro con Arantza Quiroga con la "sensación" de que la presidenta conservadora no había dicho su última palabra.
Estas mismas fuentes reconocen que la forma de encarar la búsqueda de alianzas tampoco ha sido la misma en ambos casos. Solo la fechas escogidas para las respectivas reuniones dicen mucho de las posibilidades de acercamiento que tanto PNV como PSE presagiaban con las demás bancadas parlamentarias. El PP recibió la información pormenorizada del acuerdo tres días antes de que éste se firmara en Lehendakaritza por parte de los máximos dirigentes de las formaciones jeltzale, socialista y el lehendakari.
Asimismo, el PP puso sobre la mesa un pacto global que excedía las pretensiones fiscales de los proponentes y que buscaba, entre otros aspectos, garantizar la estabilidad institucional del Gobierno de Javier de Andrés en Álava, donde la situación en minoría que padece su Ejecutivo volverá a ponerse hoy de manifiesto en el debate de política general que acogerán las Juntas Generales de este territorio. Dicho de otra manera, existió una contraoferta que en el caso de EH Bildu se limita a seguir a pies juntillas las directrices guipuzcoanas. Todo lo demás es "desandar" el camino recorrido en este territorio, según matizó ayer el parlamentario de la coalición soberanista, Oskar Matute.
El exdirigente de EB, quien estuvo acompañado de una cuidada representación en la que intervinieron las cuatro fuerzas que sustentan la coalición soberanista, consideró la propuesta de PNV y PSE "claramente insuficiente" porque "acota y limita los marcos institucionales existentes". Según esta fuerza parlamentaria, una reforma fiscal que no plantee "recuperar los niveles de protección social que teníamos antes de la crisis -como consideran que es el caso de la propuesta de socialistas y jeltzales-, no es una reforma fiscal eficiente ni la reforma que necesitan los ciudadanos de este país".
La respuesta de los proponentes, trasladada a través de sendas notas de prensa idénticas por parte de PNV y PSE, recoge una petición a EH Bildu para que presente "propuestas concretas" con el objeto de analizarlas y determinar si tienen cabida en un acuerdo que, desde su alumbramiento, tanto Andoni Ortuzar como Patxi López dejaron claro que no iban a permitir que fuera "desnaturalizado" por nuevas incorporaciones.
Con estos mimbres, los partidos asistirán pasado mañana a un pleno monográfico de fiscalidad que será "importante, pero no decisivo", según fuentes jeltzales, para determinar si el pacto fiscal continúa su recorrido parlamentario y foral en las Juntas Generales de cada territorio con el impulso de PNV y PSE o si se une algún nuevo aliado que, en el caso de Álava y Gipuzkoa, resulta hoy por hoy imprescindible para sumar mayoría.
Los grupos de la Cámara vasca tendrán, eso sí, una buena oportunidad de exponer con todo lujo de detalles sus propias fórmulas fiscales en el maratoniano pleno del jueves. La sesión comenzará con la intervención de 20 minutos para cada uno de los grupos proponentes, seguida de un turno de media hora del resto de grupos y una posterior participación, sin límite de tiempo, del Gobierno. Tras el turno de réplica, el pleno se suspenderá para que por la tarde se debatan las propuestas de resolución que hayan sido presentadas.