vitoria. El Consejo de Gobierno que hoy albergará el Palacio Miramar de Donostia supondrá el banderazo de salida oficial al intenso nuevo curso político que arrancará con un septiembre cargado de fechas clave. Dos de ellas serán los días 13 y 20; la primera, la reanudación de la Ponencia de Paz y Convivencia en el Parlamento Vasco después de tres meses de inactividad tras la desbandada socialista; la segunda, el plazo límite para que los partidos presenten sus alegaciones al Plan de Paz diseñado por el Gobierno Vasco.

Dos afluentes de un mismo caudal que las formaciones prefieren mantener separados, aunque sea por motivos bien diferentes. En el caso de EH Bildu, principal promotor junto al PNV de la continuidad del foro parlamentario, este interés derivará en apurar el plazo estipulado por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu para presentar las pertinentes alegaciones, de forma que éstas no se hagan públicas antes del día 13 y se evite así que puedan afectar a la marcha de la Ponencia de Paz.

"No queremos que sirvan de disculpa o excusa para poder adoptar otras actitudes ante la ponencia", destacaron ayer fuentes de la coalición soberanista a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, además de mostrar su "desconfianza" en la reanudación de las tareas legislativas en la ponencia respecto "a la actitud del PSE". Recordaron que la formación socialista ha dispuesto de todo el verano para establecer su posición definitiva en este ámbito y criticaron que siga "con el freno de mano echado a cuenta del suelo ético", sobre todo, cuando EH Bildu asumió los planteamientos dictados por la Cámara vasca la anterior legislatura -sin la izquierda aber-tzale representada en los escaños- en el momento en el que aceptó que la ponencia había dado su plácet por mayoría -PNV y PSE- al suelo ético fijado el ejercicio anterior.

En el otro extremo, el PP ha mantenido hasta el estreno del nuevo curso político su hermético cierre de puertas a la ponencia, tal y como publicó este periódico en abril. Y es que, en un principio, septiembre era la fecha fijada para barajar nuevas posiciones respecto a este grupo de trabajo, pero los populares consideran que lo acontecido en el foro a lo largo de los últimos meses "han confirmado nuestra posición inicial", según destacan fuentes de esta formación.

En este mismo contexto, auguran un "corto recorrido" a esta iniciativa y centran su participación en lo que a paz y convivencia se refiere a las aportaciones "críticas" que en los próximos días presentarán a Iñigo Urkullu en relación al plan gestionado por el secretario del área, Jonan Fernández.

Los socialistas, por su parte, también se hayan inmersos en la elaboración de las alegaciones al Plan de Paz, aunque desde este partido aseguran desconocer si presentarán sus aportaciones antes o después de que se celebre la nueva reunión de la Ponencia de Paz. Tampoco aclaran cuál será su postura cuando Rodolfo Ares y José Antonio Pastor vuelvan a sentarse en una mesa que abandonaron y paralizaron en junio al considerar que no existían las "condiciones básicas" para seguir trabajando. Sus únicas intervenciones acerca de este asunto desde entonces se han limitado a demandar al PNV mayor exigencia con respecto a EH Bildu y su compromiso con el suelo ético, y valorar que la continuidad de la ponencia sin los socialistas relegaría este foro a una mera "reunión de amigos", en alusión a jeltzales y soberanistas.

El PNV, por su parte, aguarda a conocer las alegaciones que recibirá el Gobierno Vasco y resta importancia, según portavoces del partido en el Legislativo, a que las mismas se presenten antes o después de la reunión de la ponencia prevista para el día 13.

La bancada jeltzale prefiere centrar su atención en la apuesta por los "microacuerdos" que defendió Jonan Fernández durante su comparecencia parlamentaria como vía para desbloquear este asunto.

"enmienda" de upyd El portavoz y único representante de UPyD en el Parlamento Vasco, Gorka Maneiro, fue el encargado ayer de presentar las primeras alegaciones al Plan de Paz, un documento que describió como "enmienda de totalidad" de la iniciativa presentada por el Ejecutivo autonómico.

Según Maneiro, el proyecto liderado por el lehendakari pretende "manipular la realidad y distorsionar la historia" obviando que la organización terrorista ETA aún no se ha disuelto y "equiparando" a víctimas y verdugos, según destacó el aforado en su comparecnecia ante los medios de comunicación.

A lo largo de veinte "principios y compromisos", UPyD desgrana su receta para un plan cuyo fin esencial debe ser "la derrota justa, incondicional y definitiva de ETA y hacer respetar y cumplir los derechos de la ciudadanía".