VITORIA. El Gobierno de Rajoy y el PNV han abierto un resquicio para llegar a acuerdos. La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, y el Grupo Vasco en el Congreso han puesto en marcha un canal de diálogo para hablar sobre cuestiones como la paz o el Cupo, el dinero que abona la CAV al Estado por las competencias no transferidas. La crisis y el estallido del caso Bárcenas han copado la agenda del PP y han podido alejar al Gobierno español de la gestión del nuevo tiempo tras el cese de ETA, un debate en el que, además, los populares tampoco se mueven con comodidad dadas las tensiones internas que pueden aflorar a la hora de dar pasos, por ejemplo, en la política penitenciaria. Mariano Rajoy cuenta, asimismo, con una mayoría absoluta que le permite eludir aquellas propuestas de la oposición que no considere procedentes. Tanto el Gobierno vasco como el PNV han lamentado que no atienda sus iniciativas no solo en materia de paz -Urkullu denunció el silencio de Rajoy tras haberle presentado sus planes-, sino sobre el TAV, la reforma educativa de Wert, o la Ley de Acción Exterior. En las últimas jornadas, además, el Gobierno español ha adjudicado un objetivo de déficit a la CAV de manera unilateral, sin pactarlo en la Comisión Mixta del Concierto, aunque aún hay margen para negociar a posteriori.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, precisó a Efe que las conversaciones con Sáenz de Santamaría arrancarán en septiembre, aunque no quiso dejarse llevar por el optimismo. "No tenemos mucha esperanza de que el Gobierno reaccione, porque cada vez lo vemos más envuelto en el lío de Bárcenas, y eso le está impidiendo tomar decisiones", sostuvo. Fuentes del Congreso consultadas por DNA encuadraron esa vía de diálogo en las habituales conversaciones entre el Grupo Vasco y el Gobierno español, y también en la "relación cordial" que mantienen los jeltzales con Sáenz de Santamaría, quien se ha encargado en más de una ocasión de dialogar con el PNV en la tramitación de distintas leyes sectoriales. Fue en una conversación con la popular, a finales de julio, cuando surgió la idea de abrir un canal con el Grupo Vasco.
Por otra parte, Esteban dejó ver la impaciencia que comienza a hacer presa en los jeltzales. "Si no hay respuesta a temas acuciantes que están en la agenda vasca, nuestra posición se va a tener que hacer más agria", avisó. Aunque Rajoy y el lehendakari se reunieran en Moncloa el 15 de julio a petición del propio presidente español, las concesiones de los populares han sido mínimas hasta la fecha o se han materializado en normas sin demasiado peso político. Por ejemplo, Madrid dio su brazo a torcer en la tramitación de la Ley de Transparencia, suprimiendo las competencias que se atribuía el Ministerio de Hacienda para sancionar a cargos autonómicos.
Acuerdos En las últimas semanas, Lakua y el gabinete de Rajoy sí han podido encauzar sus conversaciones sobre el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, que el Ministerio del Interior amagó con monopolizar pese a ser concebido como un proyecto conjunto con la CAV. Tras una reunión de los departamentos en Madrid, Interior apostó públicamente por el consenso. El Ejecutivo español podría optar por engrasar sus relaciones con la CAV para evitar un endurecimiento de sus posiciones, lo que sumaría otro quebradero de cabeza autonómico a la lista encabezada por Artur Mas. Por otra parte, y sobre el Cupo -queda pendiente la renovación de la ley quinquenal y la solución sobre los 800 millones que adeudaría el Estado a la CAV-, Esteban pidió una solución política y que se implique el ministro Cristóbal Montoro.