Madrid. El Gobierno español reiteró ayer su "voluntad de diálogo" con un país "amigo" como el Reino Unido sobre Gibraltar, en un día en el que continuaron las largas colas en la verja, con hasta dos horas de espera para acceder en coche a la colonia británica. Después de la conversación que mantuvieron el miércoles el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro británico, David Cameron, ayer fue el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, quien insistió en que ambos son países aliados "que siempre han resuelto sus diferencias mediante el diálogo". No obstante, Ayllón dejó claro que el Ejecutivo no cejará en su responsabilidad de defender los intereses de los españoles. "Nosotros evidentemente nunca relajamos nuestra capacidad y nuestra responsabilidad de defender la seguridad y los intereses de los españoles, pero nuestra voluntad de diálogo con todos los países amigos evidentemente continúa", subrayó.

Precisamente la tensión en Gibraltar será uno de los asuntos que analizarán hoy Rajoy y el Rey en el Palacio de Marivent, durante la habitual audiencia de todos los meses de agosto en Mallorca.

Desde Bruselas, la Comisión Europea insistía en la apuesta por el diálogo bilateral como método para solucionar los problemas entre España y el Reino Unido. "Toda solución es bienvenida para que los ciudadanos dejen de encontrar restricciones a la hora de cruzar la frontera", aseguró el portavoz de la CE Frédéric Vincent. Vincent recordó que aunque Gibraltar no forma parte del área Schengen y España tiene la potestad de vigilar sus fronteras, "toda medida que puedan tomar las autoridades españolas en los controles debe ser proporcionada".

De hecho, y en respuesta a las quejas recibidas de parlamentarios europeos y ciudadanos, la Comisión enviará inspecciones técnicas sobre el terreno en septiembre.

Críticas del PSOE Entretanto, el PSOE insistía ayer en que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha equivocado en la gestión del conflicto ya que las declaraciones públicas "se fueron de tono" y en vez de ayudar "elevaron el tono de la disputa". La exministra socialista del mismo ramo, Trinidad Jiménez, subrayó que aunque el PSOE apoya al Gobierno en la reivindicación de la soberanía de Gibraltar y en defender los intereses de España, no puede apoyar "una torpeza diplomática".

Por su parte, los sindicatos UGT, CCOO y la central gibraltareña UNITE suscribieron un manifiesto conjunto en defensa de la "convivencia y buena vecindad".