estocolmo. Unos quince barrios en la periferia de Estocolmo registraron la pasada noche disturbios por cuarto día seguido, con incendio de vehículos y propiedades y enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la policía sueca, en el peor estallido social del país escandinavo en años. Los peores incidentes se registraron en la zona sur de la capital sueca, como el incendio de un restaurante en Skogäs, el ataque a una comisaría en Rägsved y enfrentamientos en Hagsätra. Los servicios de incendios informaron de que tuvieron que realizar noventa salidas en el área de Estocolmo después de las 16.00 horas GMT, casi todas relacionadas con los disturbios, que provocaron también el cierre temporal del transporte público; una línea de metro y de autobuses.
Pese a que los disturbios se han extendido en los últimos días a más suburbios del área metropolitana de Estocolmo, que acoge a algo mas de 2 millones de habitantes, las autoridades han constatado un descenso progresivo en la intensidad de los incidentes, que no han causado heridos de gravedad.
policía herido Un agente de Policía tuvo que recibir atención hospitalaria la pasada madrugada tras recibir una pedrada en la cabeza, pero fue dado de alta a las pocas horas de recibir asistencia.
Cinco personas, cuatro de ellas de entre 15 y 18 años, permanecen detenidas desde el miércoles por un incendio en el centro de Husby, el barrio de unos 12.000 habitantes en el que comenzaron los disturbios durante la madrugada del pasado domingo.
El desencadenante de la oleada de incidentes se remonta a la semana pasada, cuando un inmigrante con problemas psíquicos murió por disparos de la policía en su apartamento en Husby, donde se había encerrado con su compañera.
Los agentes aseguraron haber disparado en defensa propia al ser amenazados supuestamente con un hacha, aunque la actuación irregular de las fuerzas del orden provocó protestas de los vecinos y la apertura de una investigación interna de la Policía de Estocolmo.
Las denuncias de los vecinos recogidas por los medios suecos, que critican las cargas policiales contra niños y ancianos y supuestos insultos racistas de los agentes como "negros", "ratas" o "monos", recrudecieron los enfrentamientos en dichas zonas. Grupos como la asociación Megafon, que trabaja con jóvenes inmigrantes en la zona, han vinculado las protestas con el racismo y con la sensación de abandono que se vive en este y en otros barrios de la periferia de la capital sueca, que comparten una alta concentración de población inmigrante y problemas sociales. La oleada de disturbios ha dejado al descubierto el descontento por la política de recortes del seguro de desempleo, las ayudas sociales y en educación impulsada por el Gobierno de derechas.
Las estadísticas oficiales reflejan que uno de cada cinco jóvenes que residen en el populoso barrio de Husby ni trabaja ni estudia y que mientras que el índice de paro y de gente que vive de la ayuda social en Estocolmo es del 3,3 y el 3,6%, en aquel suburbio sube al 8,8 y el 12%, una proporción que se repite en otros barrios de la periferia.
A la vez que los incidentes se han extendido por otras zonas la situación se ha calmado en Husby, donde distintos colectivos de vecinos se manifestaron la pasada noche contra la violencia y mostraron su malestar por la presencia continua de antidisturbios.