madrid. La dirección del PP se esfuerza en construir un mensaje tranquilizador ante los barones para minorar la debacle que auguran las encuestas. El mensaje es claro; los datos que adelantaba el barómetro, confirmados y amplificados por sendos estudios publicados por los medios de Prisa no son sino "una foto fija" que nada tiene que ver con un escenario electoral real. Lo dijo la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, y lo reiteró el presidente del PP (y del Gobierno), Mariano Rajoy, tras la XXVI cumbre bilateral España-Portugal, cuando aseguraba que a juzgar su gestión política y económica al "final" de su mandato "más allá de encuestas y protestas".

En la rueda de prensa conjunta con el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, Rajoy dijo que "el Gobierno está tomando decisiones difíciles. No voy a pensar que esas decisiones se traduzcan en un aumento de intención de voto en cada momento", y recalcó que "los juicios hay que emitirlos al final". En este sentido, el jefe del Ejecutivo subrayó que "soy absolutamente consciente" de que lo que está haciendo "no le gusta a la gente", pero aseguró que todas las medidas se han adoptado "después de pensarlas porque el Gobierno no puede improvisar". Dicho esto, el líder popular insistió en que las políticas que está poniendo en marcha "es la que va a sacar a España de la crisis".

clave interna Por su parte y en clave interna, Cospedal hacía frente al nerviosismo de algunos de los mandatarios autonómicos populares recordándoles que el PP "sigue siendo el partido que más apoyos tendría hoy entre los españoles" y reiteró que hay que mirar las encuestas "bajo el prisma de un momento muy crítico que están viviendo todos los gobiernos". "Las encuestas son encuestas y no tenemos que perder esa perspectiva", remachaba Cospedal, para añadir que ella no tiene por costumbre comentarlas, "ni cuando dan buenos resultados al partido ni cuando son malos". Dicho esto subrayó que "estamos en un momento muy difícil para el ejercicio de la acción política porque con una situación de desempleo como la que tenemos, no es fácil el ejercicio del poder". A su entender, una cosa son las encuestas que se realizan a mitad de legislatura y "otra cosa es lo que los ciudadanos manifiestan a la hora de emitir el voto".

Al ser preguntada si ante la actual situación al PP le preocupa un posible estallido social, Cospedal señaló que en este momento de crisis "muy dura" es "lógico" que los ciudadanos sientan "desapego" de sus gobernantes, máxime cuando, según dijo, la crisis comenzó hace seis años y su final parece que es más lento de lo que se esperaba. "El desapego ciudadano de la política, claro que me preocupa, pero tenemos que trabajar para recuperar la confianza de los ciudadanos en lo que supone la política, que es trabajar para mejorar la sociedad", explicaba. Dicho esto, aseguró que no teme a un posible estallido social porque "son más los ciudadanos que creen en el ejercicio diario y la responsabilidad y no en actuaciones vistosas que apenas arreglan nada".

Respecto a la amenaza de que se acabe el bipartidismo, Cospedal recordó que en España ya hay comunidades donde las opciones mayoritarias son "nacionalistas" y el papel jugado por IU en algunos momentos. Por tanto, ha subrayado que el bipartidismo en España "es algo relativo".