Bilbao. El PNV se decantó ayer por un mensaje marcadamente social para conmemorar el Aberri Eguna. En presencia de los consejeros del Gobierno Vasco y de otros cargos de las principales instituciones de la CAV, tanto el lehendakari Iñigo Urkullu como el presidente del EBB Andoni Ortuzar quisieron retratar al PNV como un partido centrado en las personas y garante de los servicios públicos. Después de haber presentado unos Presupuestos con un 73,9% de los fondos centrado en políticas sociales, Urkullu vio a su Ejecutivo como un "dique de contención" frente al desmantelamiento del modelo de bienestar y frente a las privatizaciones que imperan en buena parte del Estado español. "Euskadi tiene y tendrá sanidad como servicio público universal. Tiene y tendrá educación como servicio público universal. En Euskadi hay y habrá Renta de Garantía de Ingresos. Hay y habrá Ayuda de Emergencia Social. En la patria de los vascos y las vascas, ninguna persona se queda atrás", proclamó entre aplausos en una abarrotada Plaza Nueva de Bilbao, donde la meteorología quiso dar una tregua tras días de lluvia para dar paso a una soleada jornada.

El PNV arrancó la celebración del Aberri Eguna bajo el lema Aberri berria en un ambiente festivo, con los cencerros de los joaldunak y con los dantzaris bailando mientras el público coreaba Ikusi mendizaleak. El Gobierno Vasco quiso arropar al lehendakari desde las gradas del escenario, donde también pudo verse a Juan José Ibarretxe, sentado junto a Iñigo Urkullu. La de ayer fue una jornada especialmente gratificante para el partido de Sabin Etxea que, tras ejercer de oposición durante tres años y medio, ha recuperado el Gobierno Vasco después de ganar por un amplio margen las elecciones de octubre.

Aunque Urkullu y Ortuzar también se refirieron a la paz y el autogobierno -las otras dos grandes prioridades del Gobierno Vasco-, sus discursos se centraron en la crisis y en presentar al PNV como un partido preocupado por las políticas sociales. Sus palabras pudieron interpretarse como un mensaje de tranquilidad hacia la ciudadanía, a quien habría tratado de trasladar que la línea de actuación del Ejecutivo en la presente legislatura pasará siempre por blindar los servicios públicos y las prestaciones. Pero esas palabras sonaron también a autoafirmación frente a una oposición que niega ese carácter social a los Presupuestos. En ese sentido, no parece casual que el PNV se haya decantado por un discurso presupuestario en la celebración del Aberri Eguna, con la Semana Santa a punto de finalizar: el partido se adentrará a partir de ahora en una fase crucial para la aprobación de sus Cuentas, ya que comenzará a negociar en profundidad a finales de esta semana con la mirada puesta en el día 26, cuando se votarán las enmiendas a la totalidad. Con su discurso, el PNV se situó ayer en la línea de salida y comenzó a apelar a la responsabilidad de la oposición, particularmente a la de un PSE que ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad por su discrepancia con el capítulo de ingresos.

En definitiva, los socialistas no han criticado las políticas concretas en las que se centra el ajuste, sino que han criticado el recorte en sí mismo. A su juicio, el recálculo de las previsiones de ingresos podría amortiguar el ajuste, y hacer que fuera inferior a 1.132 millones. Ortuzar recordó ayer que el diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao ya planteó esa posibilidad, pero que se topó con el rechazo de la oposición. El lehendakari se refirió ayer a esos planteamientos de máximos exhibidos por la oposición y, consciente de que una enmienda a la totalidad del PSE y de EH Bildu lo situaría al borde de la prórroga presupuestaria, pidió que quien no quiera arrimar el hombro "no impida trabajar a los demás", lo que podría interpretarse como un nuevo emplazamiento a la abstención. "El que quiera ayudar tiene la puerta abierta. El que no quiera ayudar que no ponga palos en las ruedas. Este Gobierno va a seguir adelante, porque este país tiene que seguir adelante", argumentó.

sin "etiquetas" Urkullu también se mostró crítico al asegurar que López adelantó las elecciones para no tener que enfrentarse a la elaboración de los Presupuestos. "Pararon Euskadi durante meses", reprochó. En la cara opuesta de la moneda situó a su Gobierno, que "está haciendo lo que otros no se atrevieron a hacer", y que ha puesto "por encima de todo" a las personas. El lehendakari apeló a la responsabilidad de los partidos ante la necesidad de "apretarse el cinturón", y rechazó las "etiquetas" contra el PNV para asegurar que "el hecho es que nunca ha dejado a nadie atrás". Ortuzar también quiso aludir a los vascos en paro, "a quienes tendrán el sabor agridulce de celebrar nuestro día sin trabajo". "Vuestros problemas son nuestros problemas", aseguró.